La situación de las empleadas de la tienda de Los Telares situada en El Atrio, otrora buque insignia del grupo comandado por Julián Rus, es insostenible. La noticia del cierre de este establecimiento ha sido el mazazo definitivo para un equipo de trabajo ya de por sí castigado con los retrasos de las nóminas y la incertidumbre de los últimos meses.
"Que te manden a la calle sin nada, después de llevar 40 años en la empresa es muy duro. Te creas unos planes de futuro, piensas en tu jubilación... y te das cuenta de que ahora eso son sueños rotos", relató con lagrimas en los ojos Montse Fernández, la empleada con más antigüedad de la compañía, a la que entró de la mano de Rus en 1975. "Cuando vengo a trabajar se me cae el alma a los pies, es una situación que me puede", añadió la trabajadora. Y es que la imagen del punto de venta del Atrio no puede ser más desoladora. Más de tres cuartas del espacio de exposición está vacío, y en las perchas sólo queda ropa de invierno que se vende a precio de saldo. "Hay gente que viene a comprar pensando que nos hace un favor, pero nada más lejos de la realidad. Preferimos que la gente no se gaste ni un céntimo aquí, porque de ese dinero nosotras no vamos a ver nada, va a ir todo para el bolsillo de Kasim Zahid", advirtió Fernández.
En una situación idéntica se encuentra Teresa Fidalgo. Lleva 29 años trabajando para la firma de ropa, y ahora se encuentra en una situación complicada. "La mayor de mis penas es haberme perdido la infancia de mis hijos por estar aquí, para que ahora me lo paguen con esta moneda. Es una lástima muy grande lo que están haciendo", cuenta apesadumbrada.
"Ahora mismo nos deben tres pagas extras, la nómina de abril y la de mayo. Esto es insostenible, porque tú no ingresas y los recibos siguen llegando. Eso sí, ellos no tiene para pagar pero sí para gastar, que los seguratas de la fábrica y los viajes alguien los paga", criticó indignada Fernández.
