A Ana Pardo le habría gustado mucho estar ayer en el mercadillo solidario que se celebró en la terraza del bar La Toscana, en El Quirinal, donde se recaudaban fondos para poder pagarle un tratamiento que contribuya a mitigar el dolor que le impide caminar al padecer una enfermedad medular congénita. Sin embargo, y muy a su pesar, no pudo ser. Los últimos días de tanta actividad en los medios; entrevistas, tantas emociones y tanto agotamiento físico y mental ha motivado que la joven avilesina se encuentre en cama desde hace dos días sin poder moverse debido a los fuertes dolores que tiene en las piernas.

"Me siento en deuda con todos. Tengo cientos de mensajes en el Facebook pero no puedo responderlos todos y me apena; espero que lo entiendan, pero estos últimos días me han dejado agotada. Ya no puedo moverme de los dolores y estoy en cama. Me encantaría acudir a todos esos actos que organizan para ayudarme, pero a día de hoy me resulta imposible, necesito descansar", decía ayer a este periódico con la voz tomada por la emoción, al tiempo que añadía: "Quiero que sepan que me siento en deuda con todos; estoy muy agradecida por todo el apoyo que me están dando, si no fuese por la gente de Avilés, este sueño no sería realidad".

Entre esos actos de apoyo, tuvo lugar ayer el mercadillo solidario que se celebró en la terraza del bar La Toscana, en la calle Quirinal, organizado por Astarte Residuos Solidarios a través de su "vermouth solidario". Su representante, José Ramón Suárez, recordó que ya aportaron 300 euros a esta causa y que esperaban que, en la jornada de ayer, se recaudasen otros 300 pues el 10 por ciento de cada venta se destinaba a este fin. Igualmente, y en el interior del bar, hay una hucha donde los clientes pueden realizar sus aportaciones.

Entre los productos a la venta, además de los elaborados mediante el reciclaje por miembros de la AMPA del colegio de La Carriona, había preciosos trabajos a ganchillo, tallas en madera, bisutería artesanal y menaje decorativo.