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La Cornisa aspira a liderar el suministro de torres eólicas marinas para Europa

Los profesionales del sector destacan las ventajas logísticas y el alto desarrollo tecnológico de empresas como la avilesina Windar Renovables

Carga en un barco de una pieza construida en Avilés diseñada para servir de base a una estructura eólica marina. MARA VILLAMUZA

Las previsiones del sector eólico europeo apuntan, según el último informe anual publicado de la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA), al crecimiento de la potencia mundial instalada en unos 28.000 megawatios en los próximos cinco años, de los cuales la mitad aproximadamente se generarán en parques eólicos -en su mayoría marinos- ubicados en el Viejo Continente, con Alemania, Gran Bretaña y los países escandinavos como grandes animadores de este fenómeno. Europa tiene en estos momentos una capacidad eólica instalada en sus mares de 8.045 megawatios y de cumplirse los pronósticos esa cifra se podría ver multiplicada por tres.

Estas expectativas son especialmente halagüeñas, según concluyeron recientemente los profesionales españoles del sector reunidos en unas jornadas técnicas celebradas en Galicia, para la industria metalúrgica de la Cornisa Cantábrica, que aspira a liderar la construcción de torres y componentes para esa esperada expansión del parque eólico marino europeo. Asturias, y más en en concreto Avilés, está llamada, por experiencia industrial y por el buen posicionamiento de mercado de sus empresas, a ocupar un lugar cabecero en ese proceso.

De esa opinión es, por ejemplo, Orlando Alonso, presidente de la firma Windar Renovables (Grupo Daniel Alonso), quien en el discurso inaugural de las citadas jornadas mostró una gran confianza en que el Norte de España "se convierta en un referente para la contratación de torres eólicas y fundaciones (las estructuras metálicas que sirven de base) para esos parques eólicos marinos del Norte de Europa".

Las ventajas competitivas de la industria española que suministra piezas para construir aerogeneradores, ya sean en tierra o en el mar, es que acumula mucha experiencia tras haber sido punta de lanza del fenómeno de la eólica terrestre. Según el consenso generalizado de los profesionales del sector, la gran expansión que tuvo en España durante la última década la explotación de la energía del viento, por más que acabase resultando polémica y costosa, trajo consigo una cosa buena: hubo empresas como la avilesina Windar Renovables y otras de Asturias, caso de Idesa, también con talleres en la ría avilesina, que adquirieron conocimiento tecnológico, cartera de clientes, cuota de mercado y buena reputación. Además, las regiones cantábricas como Asturias tienen salida franca al mar y puertos que como el de Avilés se han especializado en el embarque de las gigantescas piezas metálicas que demandan los fabricantes de los aerogeneradores marinos.

"Tenemos una ventaja porque durante años hicimos las cosas bien y ahora lo que toca es aprovecharla para convertirnos en referentes mundiales en el negocio de la eólica 'offshore' (marina)", apostilló Kilian Rosique, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica de España y partidario de incentivar el crecimiento de la capacidad productiva: "Eso sería una gran noticia",

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