Los Telares comienza a escribir el final de su historia. La cadena textil acabará liquidada para poder pagar sus deudas. Sus nuevos dueños, incapaces de gestionarla, nombrarán un administrador y activarán un concurso de acreedores. A última hora de la tarde de ayer, al regreso de una lluviosa manifestación que se celebró en La Felguera (Langreo), los trabajadores de la empresa Los Telares supieron por los medios de comunicación que el fondo suizo Gryphus Partners había arrojado la toalla.

Los nuevos gestores de la cadena textil que fundó Julián Rus hace cuatro décadas pidieron ayer por la mañana al juez de lo mercantil "que reactive el concurso de acreedores y que nombre un nuevo administrador de la compañía". La cadena textil da empleo a más de 600 personas en toda España, 150 de ellas en Asturias. "Ante la incapacidad de gestionar una compañía desbordada por embargos de cuentas, procesos judiciales abiertos por los trabajadores y por los proveedores, ante el maltrato infligido a los nuevos propietarios, el fondo se ve obligado a tomar esta decisión. Unos pocos han fastidiado el futuro que estaba por venir", señaló el portavoz de los nuevos gestores de la compañía. Según fuentes consultadas, no existe ningún concurso de acreedores en suspenso en la cadena. El último se resolvió en el mes de abril del año pasado.

"Había dos opciones: o negociábamos el expediente de regulación de empleo o pedíamos la reactivación del concurso de acreedores", apuntó el mismo portavoz de los gestores. "Se ha optado por esta segunda opción", apuntó el mismo representante de la compañía. Los sindicatos habían nombrado la semana pasada a los negociadores del ERE y estaban a la espera de que la compañía les convocase para discutir los términos del ERE. No lo hizo en ningún momento y ahora renuncia a ello. "Hace semanas que no vemos a los gestores por la empresa. La última noticia que tuvimos de ellos fue el sábado. Un abogado nos pidió que no calentásemos la mesa de negociación", señaló Alejandro Cima, representante de Comisiones Obreras (CC OO) en el comité de empresa de los servicios centrales. "Hace tiempo que habían perdido nuestro crédito. Vamos, no nos creíamos nada de lo que estaban contando. En la manifestación de esta tarde [por ayer] habíamos pedido que nos presentasen un plan de viabilidad, pero nada, seguían bailándonos el agua. En todo caso esto estaba cantado. Nos sorprende porque nos hemos enterado por la prensa. No son elegantes ni para cerrar una empresa. Por fin se acaba la agonía que estábamos viviendo y podremos empezar a cobrar del paro o del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa)", se lamentó Alejandro Cima.

Los nuevos gestores tienen que presentar al juez ahora la actualidad de la cuentas de la compañía. Esto ya lo hizo en 2012 el fundador de la cadena. Se trata de negociar con los acreedores el plan de pagos. Mientras tanto, el juez nombra un administrador concursal en la cadena -que es su representante- que se encarga de gestionar el día a día de la empresa. El concurso de acreedores por el que han optado los representantes de Gryphus Partners es el de la liquidación. La diferencia entre uno y otro es que, en este segundo caso, el final es el cierre y la venta de la propiedades de la empresa con el fin "de pagar lo que se pueda", según fuentes consultadas. El juez tiene que discernir también la causa de la quiebra, que puede ser accidental o tener un responsable conocido.

Gryphus Partners entró en contacto con Julián Rus en la primavera de 2014. La pretensión del grupo financiero dirigido Mauriq Taufiq era invertir en el textil. El portavoz de la compañía aseguró que su objetivo "era relanzar la marca" extendiendo las ventas al este de Europa por medio de una nueva página web. Pero este plan de acción, al decir de los trabajadores, "nunca se concretó en nada". La característica principal de la gestión del grupo de Taufiq y de su delegado en Avilés, Zahid Alí Hussain Kasim, fue "la inoperancia", según denunció el comité de trabajadores. "El último pedido un poco grande de ropa fue el que llegó en la semana de Nochebuena pasada. Luego nada; nos decían que la ropa estaba en barco y, después, que estaba parada en el puerto de Bilbao", apuntó Cima.

Gryphus Partners creó la empresa CIB 714 para gestionar las acciones de Julián Rus -el acuerdo era de venta aplazada-. En paralelo creó una segunda empresa -CUZ 714- que se convirtió en el único proveedor de Los Telares. Esta empresa cambió de nombre a Appaloosa. Primero tenía 3.000 euros de capital social y actualmente ronda el millón de euros. Mientras tanto, los nuevos gerentes no han pagado a nadie.