El Pleno de investidura de ayer fue sin duda el evento del año en el consistorio avilesino. Cientos de ciudadanos desfilaron por las escaleras que llevan al salón de recepciones del ayuntamiento y dejaron muy escasas las más de treinta sillas instaladas para acomodar al público. Al fondo de la sala, como sardinas en lata, se arrejuntaron más de un centenar de vecinos que no se quisieron perder el acto. Entre los asistentes se encontraban exconcejales de la última legislatura, como el socialista Teófilo Rodríguez, otros que quisieron serlo en ésta y no pudieron, como Juan Carlos Fernández de Foro. También se vio al director de la Fundación Centro Niemeyer, Carlos Cuadros, y sobre todo a numerosos familiares de los concejales.

En la sala de plenos los ediles también recibieron apoyo de los suyos. Allí estaban, entre otros, la pareja (Irene Muñiz) y la hija (Lluna) del concejal de Somos Primitivo Abella. "Papá, papá", repetía la pequeña, que siguió en el regazo de su madre la sesión hasta casi el final. En primera fila se encontraban los exalcaldes socialistas Manuel Ponga -que teléfono móvil en mano, realizó numerosas fotografías durante la sesión-, Santiago Rodríguez Vega (presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés) y Pilar Varela, además del expresidente del Principado y senador Vicente Álvarez Areces, Elsa Pérez, la secretaria de política municipal de la FSA, y la cronista oficial de la villa, Pepa Sanz.

El ambiente estuvo tranquilo hasta que, con el juramento de los cargos, arrancaron los primeros murmullos entre los asistentes, que subieron de decibelios cuando le tocó el turno a los ediles de Somos. Las palabras de Abella ("Por imperativo legal, y hasta que podamos cambiar las cosas, sí, prometo") encendieron a un sector del público que replicó al nuevo concejal con gritos de "¡Menudas faltas de respeto!" o "¡Vaya democracia!", y que fueron acallados por el resto de asistentes. El mutis imperó en el habitáculo hasta que se realizó la votación para la elección de alcalde, cuando los ánimos se desataron y David Salcines y Mariví Monteserín fueron vitoreados.

Con la toma de la palabra de cada representante de los grupos políticos el ánimo fue decayendo y la gente fue abandonado la sala, hasta que la sesión concluyó sobre las 13.45. Después, los concejales electos se hicieron la foto de rigor en las escaleras del consistorio, y abandonaron el ayuntamiento, donde les esperaban sus allegados. Un cohete lanzado por un simpatizante de somos, que dio un susto a más de uno, dio por cerrado un día histórico y anunció el principio de mandato.