Las federaciones de industria de Comisiones Obreras (CC OO) y la Unión General del Trabajo (UGT) están en disposición de dar la batalla por el futuro del sector secundario en España. Por ello rechazan de mano el programa de subastas de interrumpibilidad (lo que cobran las empresas del Estado por desengancharse de la red eléctrica en caso de necesidad del operador) promovido por el Gobierno de España y reclaman una apuesta clara por un sector que es crucial en la economía asturiana. El próximo día 24, los militantes de los dos sindicatos mayoritarios están convocados a una concentración que se celebrará ante la Delegación de Gobierno en Asturias, en la plaza de España de Oviedo. Allí harán público su rechazo al camino emprendido a finales del año pasado, un camino que dejó temblando la aluminera de Avilés y, con ello, con un pie en la lista del paro a más tres centenares de trabajadores avilesinos.

Sin embargo, no todo son protestas. Los dos sindicatos quieren que se les escuche y, para ello, acordaron un manifiesto común en el que clarifican cómo debería ser, según su criterio, la política industrial para los días venideros y es que muchas de las empresas de este sector dependen de una manera atroz del consumo eléctrico, de tal modo que ésta -la energía- es considerada materia prima al mismo nivel del cinc, el hierro o la bauxita, los minerales que se transforman en tres de las firmas con un consumo energético más alto.

La compañía Red Eléctrica Española remitió a principios de mayo a la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) una propuesta sobre la próxima subasta de incentivos eléctricos para la gran industria cuyas condiciones son prácticamente iguales a las de las subastas de finales del año pasado. Según explicó un portavoz de Red Eléctrica, la próxima subasta de interrumpibilidad tendrá un año de validez (2016) y se ofertarán lotes de 5 y de 90 megavatios hora, como en 2014. La única novedad que trascendió es que está previsto subastar más potencia que el pasado año, tras detectar que "la demanda ha crecido un poco".

Los dos sindicatos mayoritarios no aceptan una subasta en esos términos. "No podemos estar con el agua al cuello cada año", señaló Jenaro Paramio, de MCA-UGT en la comarca de Avilés. Lo que las dos centrales proponen es la creación de un mercado único energético para toda la Unión Europea. En este punto señalan como "imprescindibles" la mejora de las interconexiones eléctricas. Asimismo, reclaman que el Gobierno fomente los contratos bilaterales (entre grandes consumidores y grandes productores) porque, a juicio de los dos sindicatos, "abarataría el coste energético".

Las dos centrales -contrarias al proceso que llevó casi al cierre a la fábrica de Alcoa- proponen mantener las bonificaciones económicas para que lleguen a todas las compañías, cambiar la periodicidad de la subasta "como mínimo, cada tres años" e introducir elementos sustanciales en las subastas (paquetes intermedios entre 90 y 5 megavatios hora). Según los dos sindicatos, "estos cambios legislativos contribuirían a mejorar la competitividad" de la industria.

Precisamente con este asunto, la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, tiene previsto despedirse hoy de su puesto en el Congreso de los Diputados. Formulará la siguiente pregunta: "¿Piensa el Gobierno que la subasta anual por interrumpibilidad es la mejor fórmula para mantener el empleo en las empresas grandes consumidoras de energía?" Y la Cámara de comercio dedica la jornada a la industria en Europa.