El catedrático asturiano Álvaro Cuervo lo dejó claro ayer en Avilés: "Los empresarios asturianos tienen que pensar a lo grande y dejar de ser grandones". Y, por si había alguna duda, apostilló: "No debemos pensar en Asturias, ni tan siquiera en España, tenemos que pensar globalmente porque si no, no hay futuro". Cuervo habló de todo esto en el marco de una lección magistral titulada "Papel y responsabilidad del empresario" que sirvió como cierre de la asamblea anual de la Federación de Empresarios del Metal y Afines del Principado de Asturias (Femetal) que se celebró ayer en el hotel Palacio de Avilés y en la que se aprobó un informe sectorial que dejó patente que en el primer trimestre de este año la capacidad de negocio del metal cayó en el Principado un 1,35 por ciento con respecto al año anterior.

El profesor asturiano de la Universidad Complutense habló durante algo más de media hora en el salón de actos del céntrico hotel avilesino, ante un auditorio de primeras figuras del empresariado y de la política local y regional. En su conferencia coleccionó opiniones contundentes destinadas a dar claridad al hilo conductor de la asamblea: "La legitimidad del empresario". Cuervo dijo: "Pensar a lo grande no significa permanecer tranquilo donde uno está, ni en el mercado que conoce". Y dijo esto porque Cuervo es partidario de los empresarios que "crean riqueza y provocan dinamismo en la sociedad" y no de "los buscadores de rentas". Los primeros, explicó, son los que toman riesgos, que es una característica principal de los buenos negociantes, "los que descubren oportunidades de negocio y las explotan". Ejemplificó esta tesis con la frase que en su día le dijo Manuel Benítez, "El Cordobés", a su madre: "O la gloria, o llevarás luto por mí".

El catedrático se mostró claramente partidario del clásico "laissez faire" del capitalismo más clásico. Tras su intervención se incorporó a una mesa redonda conducida por Pablo Junceda, el director general del Banco Sabadell. Este lanzó una pregunta al aire: ¿Qué harían si tuvieran la oportunidad de publicar en las páginas del BOE o del BOPA? "Las administraciones públicas difícilmente van a cambiar. No quiero que anuncien mis inversiones, de mis inversiones hablo yo. Dejen actuar a los empresarios como tales empresarios. No se deben politizar las cosas que corresponden a la órbita de los empresarios", aseguró. Minutos antes había dicho: "Las administraciones públicas están sobrevaloradas mientras que el sector privado está minusvalorado. ¿Un hospital tiene que volver a ser público por el hecho de serlo? Veamos su eficiencia", recalcó. Explicó que la corrupción viene de "los buscadores de rentas", de los que quieren contratos públicos "y nada más", o sea, los malos empresarios.

Cuervo también habló de las subvenciones públicas y remarcó que él es partidario de que se concedan a las pymes. "No hay que ayudarlas por el hecho de serlo, si no para que dejen de serlo", es decir, la grandeza, los futuros dorados son herramientas para construir progreso y para "dinamizar la sociedad", una idea reiterada a lo largo de su intervención. Siguiendo esta línea lógica, advirtió sobre las necesidades del capital. "Hay que aceptar la desaparición de las empresas que no son rentables. Estamos viviendo el reverdecer de un movimiento de nuevos luditas que impiden que ninguna empresa decaiga, pero la flexibilidad tiene que ser una característica principal del devenir del negocio", apuntó el catedrático. "La flexibilidad es dar respuesta a las necesidades del negocio por medio de unas competencias básicas", subrayó.

El profesor de la Universidad Complutense ponderó el papel representado por los empresarios en el mundo actual y esto lo hizo desde las mismas raíces del término. Habló de empresarios, de directivos y de capitalistas, "a pesar de que las tres figuras pueden coincidir en las pequeñas y medianas empresas". En este sentido ahondó en la innovación tecnológica: "En un mundo como este, donde los mercados están tan abiertos, o haces innovación o desapareces", aseguró. ¿Y cómo se innova? Cuervo lo explicó con claridad: "Teniendo las instituciones académicas vivas, arriesgando el capital y colaborando con otras empresas", explicó el catedrático. La conclusión de este argumento la fue hilando el profesor a lo largo de su disertación: "Los empresarios tienen que pensar a lo grande y actuar después en consecuencia", es decir, "simplificando problemas". Ahondó más en esta idea cuando repitió que la innovación tecnológica es crucial para el desarrollo de las empresas."Las empresas con éxito tienen dentro el gen de la desaparición que emerge cuando no ven la demanda social, pero luego piden el apoyo social. ¿Tenemos que apoyar a Sony que no vio las pantallas planas o a Kodak, que desechó las cámaras digitales?", se preguntó el profesor.

Cuervo también puso sobre la mesa dos términos, en principio, contrapuestos: solvencia y liquidez. Dijo que la crisis no ha sido de liquidez. Para el catedrático, la caída vino por el camino de la solvencia y no de la liquidez.

Cuervo había iniciado su intervención agradeciendo a Manuel Álvarez, "Lloriana", y a Francisco Riberas -los fundadores de Hiasa- que le hubieran encargado uno de sus primeros trabajos. "El primero de verdad me vino del Puerto de Avilés: era un estudio sobre la ampliación de los muelles; mi vida profesional comenzó en Avilés", recalcó.