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Hacienda exige a una pareja de Illas demostrar que vive en su casa porque paga poca luz

"Que manden a un inspector a ver si hay ropa en el tendal; los vecinos flipan cuando se lo contamos", aseguran

Fernando Ferreiro y Yolanda Martín, ayer, ante su casa. RICARDO SOLÍS

Gastar poca luz. Ese es el pecado que han cometido Yolanda Martín y Fernando Ferreiro, una pareja que lleva un año intentando demostrar ante Hacienda que vive en su casa de Piniella. Y es que el bajo consumo (entre 50 y 60 euros mensuales de media) hace que hayan entrado en el baremo de casas deshabitadas. Sin embargo, según afirman, llevan ya en el domicilio desde la Navidad de 2012, perfectamente empadronados en el concejo de Illas, y el hecho de que consuman poca electricidad no puede ser argumento para esta negativa de la administración a aceptarlo. Su último recurso fue recoger firmas entre sus vecinos, como manera de demostrar que viven en el pueblo.

El litigio con Hacienda comenzó cuando, hace un año, tras presentar la declaración de la renta correspondiente al año 2013, la administración rechazó deducir la ayuda de la hipoteca, con el argumento de que no vivían en la casa para la que la pedían. "Desde entonces llevamos peleando con ellos", explica Yolanda Martín. Su bajo consumo se justifica, según cuentan, por las pocas horas que pasan en casa. "Prácticamente venimos a dormir, entre el trabajo y demás...". La calefacción la tienen de combustible, y el consumo eléctrico es solo para la cocina, el salón y el baño. "La tele casi ni la usamos, es la peor compra que hicimos", añade Fernando Ferreiro. Y al margen de todas las justificaciones, consideran que incluso si no utilizaran la luz en absoluto porque preferiesen vivir sin electricidad ese no sería argumento para determinar que no residen allí.

El poco gasto eléctrico, que ahora se presenta como un problema, ya se veía venir los primeros días que pasaron en la vivienda: compraron un árbol de Navidad pero sin luces. Es sólo una anécdota que cuentan al hilo de su escaso consumo.

"Que manden a un inspector, estaré encantada. Que vengan a mirar si hay ropa en el tendal, o que pregunten a los vecinos", reclama Martín. Porque las otras propuestas de Hacienda para que demostraran su residencia tampoco resultaron útiles: no cambiaron de centro de salud simplemente porque era el mismo que en su anterior residencia, no tienen teléfono fijo porque no lo necesitan y la Policía Local no puede acudir a su casa a certificar que viven... porque Illas no tiene Policía Local.

Así que su última idea fue recoger firmas entre sus vecinos, que ya están en manos de su abogado. "Los vecinos flipan cuando les contamos la historia", asegura Martín. Y Ferreiro apoya: "Es muy injusto que se basen en una estadística que, además, está realizada para viviendas con cuatro personas, y que no valga ni un papel firmado por el Alcalde que diga que estás empadronado".

Toda esta historia kafkiana les produce a Martín y Ferreiro un sentimiento de "impotencia". Son ellos quien tienen que demostrar que viven en Piniella, en lugar de ser la administración la que demuestre lo contrario, y además ninguno de los métodos utilizados hasta ahora ha surtido efecto. "Pues si no vivimos aquí, que me digan cuál es mi vivienda", reclama la mujer.

La pareja es la primera propietaria del inmueble, ya que ellos mismos son los promotores de la casa. Y la hipoteca la pidieron para la construcción de su domicilio, por lo que entienden que tienen derecho a una deducción que Hacienda les niega.

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