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China inunda el mercado del aluminio y fuerza a Alcoa a redefinir su estrategia

El gigante asiático prima sus exportaciones alumineras y logra hacerse con el 56% de la producción mundial en la primera mitad del año

Exterior de las instalaciones de Alcoa en Avilés. RICARDO SOLÍS

Cuando China se despereza, el universo industrial se pone a temblar. Lo hizo este pasado mes de mayo: la República Popular de China levantó un arancel a sus propios fabricantes y, abierta la puerta, las alumineras del Lejano Oriente comenzaron la conquista de todos los mercados del mundo. China ahoga los almacenes con su producto y caen los precios a cifras inusitadas. Y así la compañía Alcoa -que posee en Avilés una planta de aluminio primario- se rearma para soportar el ataque que viene del otro lado del mundo. En el caso asturiano, la sombra china es doblemente alargada: a los altos costes de producción propios de la planta de San Balandrán (dependiente de manera absoluta de un precio competitivo de la energía eléctrica) se suma ahora el superabastecimiento. El aluminio asturiano es caro y es escaso. Lo contrario que sucede en China.

El precio del aluminio se cierra cada día en la Bolsa de Metales de Londres (LME). Estos días pasados, según informó Reuters, la caída de la cotización del mineral fue espectacular: en los últimos seis años nunca había estado tan baja. ¿Cuál es la causa? El International Aluminium Institute (IAI), la patronal mundial del sector, publicó hace unas semanas su último informe de producciones: en junio pasado se produjeron en todo el planeta 4.902.000 de toneladas de aluminio primario, 2.756.000 de ellas, salieron de China. El resto del globo terráqueo, salvo Sudamérica, redujo sensiblemente su producción. Europa Occidental -donde se incluye la fábrica que Alcoa tiene en Avilés- en 309.000 de toneladas. Y pese a todo, la producción mundial creció un 10,3 por ciento en este primer semestre de año. En medios internacionales se califica este incremento porcentual como "el mayor desde 2010", cuando muchas empresas estaban levantando cabeza tras el inicio de la crisis. ¿Y qué ha hecho China mientras tanto? Con un crecimiento del 18 por ciento en el primer semestre de este año, se ha hecho con el 56 por ciento de la producción mundial

Los gigantes occidentales del sector optaron en su momento por recortar sus producciones alumineras. La planta de Avilés redujo, de hecho, la suya hasta el 66 por ciento actual. La razón es obvia: a menos materia prima, mayor precio. Esta estrategia ha sido hecha añicos por las decisiones políticas que llegan de China: las fronteras se han abierto para el primario y, como consecuencia de ello, el mercado está "por los suelos", apuntan en medios internacionales que explican que esta situación abierta esta primavera no será flor de un día. China, alertan, pretende hacerse con el pedazo más grande de la tarta del aluminio.

La Asociación de la Industria de Metales No Ferrosos de China, que suministra al IAI las cifras de producción de China, ha revisado al alza sus incrementos venideros y eso que, como señalan en medios internacionales, China no puede consumir aluminio al precio en que está puesto a la venta.

¿Ha nacido una burbuja en el sector del aluminio? El miedo de los grandes productores se encamina hacia ello.

La multinacional norteamericana Alcoa hace meses que tiene los ojos puestos en más minerales que el aluminio, que es el que le ha dado vida en el más de siglo y pico que hace que fundaron la compañía (Aluminium Co. of America).

De hecho, recientemente, la multinacional se hizo con el control de varias empresas productoras de titanio, que es la materia prima de la industria aeroespacial y la defensa, dos de los sectores estratégicos con mayor proyección de futuro, según se asegura en medios internacionales. En el "Wall Street Journal" hacían una prospección de futuro cuando decían que Alcoa "no quiere quedarse en un mero chatarrero", es decir, en una empresa metalúrgica anclada en usos y costumbres de otras épocas.

A la vista de cómo se desarrollan los acontecimientos, estos usos y costumbres van por dejar a un lado el aluminio primario, que es lo que se produce en Avilés. El producto primario ha dejado de dar alegrías a los directivos que contemplan el mundo desde Nueva York. Lo que pasa es que la fábrica de Avilés lleva más de medio siglo dedicándose a este negocio. Alcoa anunció hace unos meses que pretendía revisar el 14 por ciento de su capacidad de fundición en el mundo. Recientemente, Alcoa cerró Poços, en Brasil, una planta que, según Bob Wilt, el jefe de primario en el mundo, "producía con altos costos". Avilés tiene a la vuelta de la esquina -en la última semana de agosto- el handicap de la tercera subasta eléctrica. "Nos jugamos el futuro a la ruleta rusa", concluyeron en medios sindicales.

CC OO celebra hoy en Avilés una reunión entre representantes de las tres factorías españolas.

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