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XXXVII Edición de los cursos de verano de La Granda

"La prejubilación hace al sistema más insostenible que el envejecimiento"

-¿Cuándo considera adecuada la edad de jubilación?

-En su momento no me gustó la idea de alargar la edad de jubilación porque era una pérdida de derechos, pero ahora lo comprendo. No jubilarse a los 65 es una forma de ganar tiempo. Además, gracias a los avances técnicos la gente llega a esa edad en buen estado. Mantener la edad de jubilación en unos años tan estables va contra la ley natural. Soy partidario de que sea voluntaria, y a los 67 es inevitable. En Canadá, que tiene un buen sistema de pensiones, es una decisión voluntaria; cada uno decide en qué momento se jubila. Como hay una cierta pérdida del poder adquisitivo, la tendencia es a prolongar la actividad laboral bastante y eso hace muy sostenible el sistema.

-Ante esta voluntariedad, ¿cómo deberían actuar las empresas?

-Si una persona sigue en plena actividad a los 67 años, la empresa ha de valorar su trabajo y para ello tiene que estar al día. Lo que no puede ocurrir es que gente de 60 años ya no se actualice. Eso hace que las empresas tiendan a despedir o a hacer programas de prejubilación que son los que están haciendo que el sistema sea insostenible, más que el propio envejecimiento.

-¿Se debería aprovecha la experiencia de los mayores?

-Todas las políticas se han dirigido a aumentar la natalidad y todas han fracasado. Las decisiones de tener hijos son casi independientes de cualquier estímulo económico; más bien están vinculadas a otras cosas que poco tienen que ver con este aspecto. Lo que podemos hacer para frenar el impacto del envejecimiento es, por ejemplo, conseguir que la gente con 55 años no entre en declive dentro de las empresas. Hay que fomentar los programas de formación continua, pero más que pensados como una forma de evitar la pérdida de empleo, orientados para que los trabajadores no se tengan que jubilar. La dinámica de las empresas es poner a los trabajadores con esta edad en el punto de mira para jubilarlos porque sus salarios son más altos y su productividad más baja. Esto no debe ocurrir.

-La realidad es bien distinta. Las empresas quieren jóvenes.

-Así les va a algunas. El sector más agresivo en este tipo de políticas es la banca, con comportamientos histéricos porque está dominada por jóvenes, gente alta de testosterona, cuando otros sectores también vinculados al riesgo y la competitividad están formados por perfiles más envejecidos y son más estables. No todo alrededor del envejecimiento es malo ni todo en torno a la juventud es bueno.

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