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Las metalúrgicas asturianas estudian blindajes ante los ataques de Asia

El cinc que Japón no consume se suma a la superabundancia de aluminio chino en los mercados internacionales

Estibadores avilesinos preparan un envío de cinc. MARA VILLAMUZA

Las empresas metalúrgicas que operan en Asturias se amurallan ante las invasiones orientales: la del aluminio chino y la del cinc japonés. China empezó hace meses a sacar al mercado sus excedentes de aluminio tras la liberación de aranceles y su precio cayó. Algo similar está sucediendo en Japón: el imperio del Sol Naciente no consume todo el cinc que produce y por eso ha abierto sus puertos internacionales.

La comarca de Avilés cuenta en San Balandrán con una planta de aluminio primario amenazada por el alto coste de la energía eléctrica, y en San Juan de Nieva, con la factoría de cinc más productiva del planeta. Esta pertenece a la multinacional Glencore y aquella, a Alcoa. El temor por el futuro de los mercados de las materias primas también se siente y se toca en las factorías de níquel y cobre, aunque, esto no afecte de manera directa a Asturias.

Las consecuencias de la invasión de los metales del Lejano Oriente se agravan, precisamente, con el exceso en los gastos del consumo energético. Glencore ordenó la pasada semana el cierre de la fundición de aluminio de la empresa Century Aluminum en Ravenswood, en el estado norteamericano de Virginia Occidental. Century Aluminum es una de las empresas participadas por el "holding" suizo que es, a su vez, dueño de Asturiana de Zinc. "La decisión de cerrar definitivamente la planta de Ravenswood se basa en la imposibilidad de obtener un contrato de energía competitiva para la fundición, agravada por el desafío de las condiciones del mercado de aluminio, en gran medida impulsado por el aumento de las exportaciones de aluminio de China", recalcó la empresa Century, según Reuters.

China lleva meses inflando la burbuja del aluminio y los teóricos de los mercados internacionales tiemblan porque cualquier día pueda estallar. La Bolsa de Metales de Londres (LME), que marca la cotización de referencia de los metales en el mundo, ha cerrado estos días con el aluminio por los suelos (1.750 dólares por tonelada). La causa está en China. Hasta la fecha, Alcoa había reaccionado de manera poco eficiente, aseguran los teóricos de los mercados. La estrategia de la aluminera norteamericana había sido la de reducir su producción (como sucede en su planta avilesina, que está al 66 por ciento de su capacidad) con la esperanza de elevar el precio del metal. La realidad marcada en el parqué londinense ha truncado una decisión cuyas consecuencias se viven con miedo en Avilés. La sección intercentros de Comisiones Obreras en Alcoa avisaba el otro día de que la rebaja de la producción está arruinando las instalaciones fabriles de la orilla derecha de la ría.

Así pues, los mercados internacionales tienen exceso de aluminio y, en pocas fechas, lo tendrán de cinc. Lo advierten los teóricos internacionales consultados por Bloomberg: el mercado mundial de cinc produce un superávit como consecuencia del exceso de producción de Japón, que podría hacer subir un 24 por ciento la producción mundial, es decir, habría más de 100 mil toneladas de cinc este año, el nivel más alto desde 2013. Pese a ello, la demanda interna se puede reducir a un mínimo de seis años. Esto quiere decir que la competencia entre los exportadores se hace cada vez más intensa. "La abundante oferta de Asia está presionando a la baja sobre las primas de la región", advierten. Las primas son las compensaciones que las empresas mineras pagan para que se transforme su materia prima en metal. Estas compensaciones se miran en el espejo de la LME. A menor precio de la tonelada, menor prima. Y el precio sigue cayendo. La situación del aluminio causa temor en los despachos de Alcoa. ¿Y el cinc? La de San Juan de Nieva es la fundidora de cinc más eficiente del mundo y la tercera más productiva. En los años peores, Asturiana de Zinc (Azsa) trabajó a más del 100% (lleva seis años de incrementos históricos de su producción). La crisis del cinc que viene, aseguran fuentes consultadas, podría volver a pasar de largo por Asturias. Pero, por si acaso, se empiezan a elevar los muros.

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