El pequeño y mediano comercio avilesino vive la temporada de rebajas veraniegas con sensaciones dispares. Por una parte, los turistas que visitan el casco antiguo aprovechan las ofertas de las tiendas del centro permitiendo al pequeño comercio sacar el negocio adelante en época estival. Por otro lado, el buen tiempo hace que los avilesinos opten por pasar la tarde en la playa o por ir a las grandes superficies para llenar el armario.
"La gente de fuera compra más que la de aquí en los pequeños establecimientos. Algunas tiendas estamos esperando que llegue agosto para que vengan más turistas, que son los que más visitan el pequeño y mediano comercio", afirma Isabel Llaneza, dueña de The Pink Shop. De la misma opinión se manifiesta Arantxa Pendás: "Partimos de una base de clientes, pero los que de veras compran más son los turistas, cuyo gasto en el pequeño y mediano comercio es notable".
El marco legislativo actual, señala Javier Rey, portavoz de la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (UCAYC), "no ha hecho sino perjudicar al pequeño comercio, que en rebajas no puede competir con las grandes superficies; éstas tienen casi el monopolio en temas de rebajas". Con la libertad para establecer los periodos de descuentos, éstos dejaron de existir "como período exclusivo de bajadas de precios", comentó Rey, para afirmar que "según el Instituto Nacional de Estadística, Asturias se encuentra a la cola de la cuota de consumo. En el resto de autonomías este índice sube cada año".
La desregulación de las rebajas, comentó el portavoz de la UCAYC, ha traído consigo la libre elección de fechas. El único requisito que debe cumplirse es poner visibles las fechas. Antes era necesario que el producto llevase a la vista un cierto tiempo; ahora no. Puedes poner en rebajas un producto que lo has puesto en su lugar hace dos minutos", señaló Rey para indicar que las protestas lanzadas desde el sector "no han servido para nada. Se legisla en contra del pequeño comercio". Los comercios, además de crear riqueza y puestos de trabajo, apuntó Rey, "mantienen las calles vivas y llenas de gente, con lo que dan ambiente y colorido a la ciudad".
El comercio necesita consumo y éste se activa, manifiesta Rey, "si las mejoras de la macroeconomía se traducen en la microeconomía; es decir, en la llegada de dinero a los bolsillos de la gente para que pueda consumir más. Si el dinero no llega, el público no compra y los comercios no pueden salir adelante".
Los establecimientos de reciente apertura viven la temporada de rebajas veraniegas con expectación. "Abrimos en octubre y es nuestro primer verano. No podemos comparar esta temporada con otras, pero no lo estamos llevando mal", señaló Elisa de la Roz, de la tienda Zink, para añadir: "Hay mucha gente que mira el escaparate. También tenemos clientes fieles que entran y compran, por lo que en estos momentos no estamos mal".
