Un matrimonio de Olabarría, en Guipúzcoa, de vacaciones con sus tres hijos en Salinas, vivió ayer las veinte horas más angustiosas de sus vidas al desaparecer su hija mayor, de 13 años de edad, cuando iba a tirar la basura el martes por la tarde y aparecer el miércoles en los alrededores del tanatorio de Avilés, a 4,5 kilómetros de distancia. Según la Policía Local, la niña pasó la noche en el parque de Campelo, en las inmediaciones del Instituto Número 5, en cuyas inmediaciones fue vista por un conductor y por los jóvenes Javier Cerezo Vizcaíno y Sergio Sánchez Reina, que avisaron a los agentes.

"Está bien, un poco nerviosa y asimilando lo que ha ocurrido", señalaba su madre nada más conocer la noticia de la aparición de la menor y tras haber empapelado Salinas, Piedras Blancas y Avilés con carteles que solicitaban la colaboración de la sociedad para dar con el paradero de la menor. La noticia corrió como la espuma y en pocas horas toda la comarca conocía el suceso que terminó en final feliz.

Eva Moreno había estado ordenando su habitación antes de salir con unas bolsas del apartamento en la avenida del Campón de Salinas a tirar la basura, relató su madre. Eran las 19.45 horas del martes. No llevaba móvil porque se lo habían quitado y tenía algo de dinero. La intranquilidad de la familia ante el retraso por el regreso de la joven se transformó en ansiedad con el paso de las horas. No alcanzaban a comprender lo ocurrido. "Siempre sale con nosotros. En Salinas no tiene amigos. Es muy tranquila y buena estudiante", decía la madre.

La ropa que vestía Eva Moreno fue determinante para su hallazgo. Los dos jóvenes que la vieron junto al Instituto Menéndez Pidal la identificaron por el pantalón y la camiseta del Real Madrid que llevaba, tal y como decía el cartel difundido por las redes sociales.