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El goleador de Molleda

El dirigente vecinal José Manuel Pérez se siente un privilegiado por vivir en la parroquia rural que lo vio nacer en 1937

José Manuel Pérez, el pasado jueves, en la pista de Molleda. IRMA COLLÍN

José Manuel Pérez nació en Molleda en 1937 y desde entonces apenas no se ha movido de su parroquia natal. "Viví un año en Sama, el resto del tiempo lo pasé aquí", relata el presidente vecinal de este núcleo rural que hace décadas "estaba plagado de críos" y donde ahora escasean. "Vivimos en un entorno privilegiado, cerca del tren, del autobús y de la autopista y en veinte minutos estamos en Oviedo en coche", señala Pérez, que echó la vista atrás para recordar aquellas largas jornadas de juegos frente a la iglesia y sus días de escuela en el edificio que hoy alberga el centro de interpretación de la ruta del agua. "Era de los pocos que tenía un balón", señala.

El ahora dirigente vecinal comenzó a trabajar de botones en Ensidesa con tan sólo 14 años. Jugó al fútbol en varios equipos, entre los que destaca el Hispano, donde debutó, y el Carbayedo, desde el que dio el salto hasta el Real Avilés. "Era un gran goleador, un año marqué 33 goles con el Carbayedo", relata José Manuel Pérez.

LA NUEVA ESPAÑA continúa con el dirigente vecinal de Molleda una sección con la que pretende mostrar las siete parroquias del municipio bajo la perspectiva de sus dirigentes vecinales y sus recuerdos.

Pérez afirma que cuando era joven existían diferencias entre los vecinos de Molleda de Arriba y de Abajo. Aunque todos coincidían en organizar esfoyazas y amagüestos. El dirigente vecinal de Molleda fue también concejal. Primero lo fue en el franquismo con Paco Fernández y Alberto León de regidores. Posteriormente, tras la muerte del caudillo, también ocupó varias veces un asiento en el salón de Plenos. Primero fue con UCD y luego con el CDS. "De aquella renovamos los caminos de El Sabledal a Candamo, de Villanueva a La Rozona y de Villalegre a Grandellana, entre otros", afirma Pérez, que espera con entusiasmo el fin de la reforma de la red de saneamiento en una parroquia, que pese a no cambiar excesivamente con el paso del tiempo, sí ha reducido considerablemente el número de ganaderías. "Antes casi todas las casas tenían una o dos vacas, quien tenía diez o más ya era rico", señala José Manuel Pérez, mientras se apoya en una de las porterías de la cancha polideportiva de Molleda.

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