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La firma de bicis MMR proyecta duplicar la fabricación y empezar a exportar

La compañía asentada en la travesía de la Industria facturó el último ejercicio unos 20 millones y experimenta un aumento anual del 30%

La fábrica de bicicletas MMR (Machines Made for Racing) va sobre ruedas. La compañía propiedad de Daniel Alonso Villarón facturó unos 20 millones de euros en el último ejercicio, tiene un crecimiento anual del 30 por ciento y actualmente se encuentra ampliando su centro de operaciones de Avilés para poder satisfacer los altos niveles de demanda que cosecha la compañía. La factoría de MMR cuenta actualmente con unas instalaciones de 2.500 metros cuadrados, que serán ampliados hasta llegar a los 4.000, unas obras que está previsto finalicen a finales de este mismo año. Con esta reforma la empresa aumentará su capacidad de almacenaje y modernizará la línea de montaje de las bicicletas, lo que le valdrá para poder sumergirse en la exportación, un objetivo que hasta ahora era inviable, al funcionar la fábrica hasta ahora al cien por ciento de su producción para abastecer el mercado nacional. La previsión del empresario Alonso Villarón es llegar a ensamblar 50.000 bicicletas al año en Avilés, el doble de la fabricación actual.

Pese a lo brillante de las cifras, Alonso asegura que "no todo es tan fácil como parece". "Tenemos que arriesgar mucho para poder ofrecer un producto de calidad a buen precio, por lo que necesitamos vender todas las bicicletas de las colecciones para cubrir gastos", aseguró.

En la fábrica de MMR, donde trabajan 25 personas, se realizan los diseños y ensamblado de las bicicletas, si bien la fabricación de las piezas se encarga a una empresa de Taiwán, que realiza el proceso siguiendo escrupulosamente las directrices y planos enviados desde España. "Fabricar en Asia es el proceso habitual entre todos los fabricantes de bicicletas del mundo, ya que los costes de producción y la mano de obra es mucho más barata que aquí", explicó Alonso. Si bien, el empresario no descarta que en "aproximadamente diez años" esta parte del proceso productivo pueda desarrollarse aquí, ya que "en Oriente están empezando a subir mucho los salarios".

Una vez llegan a Asturias, las piezas son testadas para corroborar que cumplen los estándares de calidad y que el diseño es óptimo para su uso. Los aproximadamente 37 componentes que forman una bicicleta son trasladados a la cadena de montaje, donde cinco operarios las dejan listas para su transporte en unos 15 minutos. Todos los ciclos son transportados -MMR es el principal cliente en Asturias de una de las mayores compañías de transportes a nivel estatal- hasta los 300 puntos que distribuyen las bicicletas ensambladas en Avilés, distribuidos por todo el territorio nacional.

Marca Asturias

Uno de los empeños de Alonso es utilizar el nombre de Asturias para promocionar su producto, y todas las bicicletas de MMR llevan la leyenda "Diseñado y construido en Asturias". "La región es una marca que cae bien en toda España y de la que me siento especialmente orgulloso", añadió. Los precios de una bicicleta fabricada en Avilés oscilan entre los 400 de la más económica hasta 12.000 de los diseños más exclusivos.

Daniel Alonso adquirió MMR hace ahora siete años, cuando la empresa, por aquel entonces afincada en Gijón, estaba al borde de la liquidación. En un primer momento estableció su base de operaciones en una de las naves impulsadas por la Cámara de Comercio de Avilés en el Parque Empresarial del Principado de Asturias, pero el inminente éxito les obligó a trasladarse a la que hoy es su "casa" en la travesía de La Industria.

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