"Ni hemos engañado a nadie ni nadie nos ha engañado". Esta es la lectura del gobierno corverano tras conocer que la empresa Barrick Gold se desmarcaba del supuesto proyecto para construir una planta de cobre en Solís. "Desde un primer momento hemos mantenido una postura cautelosa con este asunto", indicó en un comunicado el gobierno de Corvera, que lidera el socialista Iván Fernández.

Así, el hecho de que la información del proyecto fuera prontamente comunicada a la sociedad a través de la prensa, "para evitar falsos rumores", ha permitido, según el gobierno, que no se produjera ningún daño a los propietarios de los terrenos ni al Ayuntamiento. "Lo único que había era una declaración de intenciones, muchas expectativas pero también muchas incertidumbres. Desde el gobierno ya habíamos señalado que no había nada seguro y que estábamos a la expectativa de lo que pudiera pasar".

Finalmente el gobierno subrayó que el papel del Ayuntamiento hubiera sido esperar a que se presentase el plan especial para concretar la propuesta, y que sería ese el momento en el que los técnicos municipales velarían por el cumplimiento de la normativa, exigiendo además la presentación de un aval del cien por ciento de lo que estaba previsto edificar en Solís.