Mariví Monteserín, Alcaldesa de Avilés, fue ayer pregonera en su tierra, en la fiesta de las Virtudes del concejo de Villayón. "Siempre digo que la patria de mi infancia y de mi adolescencia ta Nas Candaosas, en Valdedo, en Pontinciella, está en Villayón", destacó. Y añadió que esa tierra le permitió aprender "la dureza del trabajo, la riqueza originaria del campo, el auténtico significado de la justicia y de la solidaridad, el valor de la unidad de las personas, de la ayuda mutua para hacer más fáciles los quehaceres cotidianos y más llevadera la dureza del campo".

Otras de las enseñanzas que Monteserín atribuyó a su infancia en Villayón fueron "compartir y sentir como propios los momentos de alegría y los días de tristeza", así como el "auténtico significado de tener la puerta siempre abierta, la confianza en los vecinos, aliados en el día a día y hermanos para la vida: amigos hasta el final". Y, precisamente, en la fiesta de Las Virtudes encuentra el reflejo de "esa hermandad que siempre ha identificado al concejo".

La alcaldesa de Avilés también hizo referencia a la tradición de emigrantes que han tenido muchos de los vecinos de Villayón. "Todos tenemos algún familiar que en alguna generación partió hacia América buscando el sueño de una nueva vida: Cuba, Argentina, Venezuela, México. Pero todos han mantenido muy vivos sus orígenes y su pertenencia a esta tierra".

El futuro de Villayón, aseguró Monteserín, está "en la capacidad de sus gentes", y puso como ejemplo el trabajo de la Asociación Virgen de las Virtudes. "Los recursos naturales, los paisajes, las tradiciones son un recurso turístico de primer orden que complementa las actividades tradicionales, junto a la mejora y modernización de las infraestructuras, y la llegada de la autopista del Cantábrico a Navia, que acerca el concejo a toda la cornisa cantábrica", enumeró la pregonera.

Entre las recomendaciones para ese futuro próspero que desea a su tierra, Monteserín se refirió a la modernización de las explotaciones agropecuarias, introducir las nuevas tecnologías en la zona rural, y mostrarse como "uno de los entornos mejor conservados de la región, una tierra donde la mano de sus hombres y mujeres han moldeado un paisaje singular e irrepetible". Ese deseo de "agarrar con valentía las riendas del destino" es el mensaje que Monteserín dejó como pregonera de las Virtudes de Villayón.