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La situación de las grandes empresas de la comarca

Los dueños de Azsa presentan un balance con números rojos en el primer semestre

La caída del negocio de Glencore pasa de largo por su división de cinc, que cuenta en San Juan de Nieva con una de sus joyas más preciadas

Un operario de Asturiana de Zinc, en plena actividad.

La corporación Glencore, que es propietaria de la empresa Asturiana de Zinc (Azsa), presentó el miércoles pasado sus peores cuentas desde que salió a bolsa en el año 2011. La compañía ha tenido un primer semestre con resultados nefastos: registró una pérdida neta de 676 millones de dólares (590 millones de euros) en el primer semestre, en comparación a una ganancia neta de 1.720 millones de dólares en el mismo período del año pasado (1.500 millones de euros). A esto se añade que los ingresos cayeron un 25 por ciento en tan solo un año. Es decir, está en números rojos.

Ivan Glasenberg, el primer ejecutivo de la compañía minera suiza, acusó el golpe echando mano de la caída generalizada de la cotización de los metales y, asimismo, de la de los hidrocarburos. "Nuestros activos industriales básicos permanecen bien posicionados en sus respectivas curvas de costos. Seguimos siendo, con mucho, el productor de materias primas más diversificado y exitoso y estamos bien colocados a la hora de beneficiarnos de cualquier mejora en los precios", aseguró.

Sin embargo, la esperanza de Glasenberg en que suban los precios de los metales a corto plazo no es cosa creída por los analistas internacionales que vinculan la caída a la operación de compra en 2013 del gigante minero Xstrata, antiguo propietario de Asturiana de Zinc, en un momento en el que los mercados no estaban para grandes fusiones, cosa que se ha visto ahora, con la invasión china, de manera diáfana. Glencore parecía que se iba a salvarse de los ataques del lejano oriente, pero está sufriendo sus estoques, sobremanera, en sus departamentos de cobre y de petróleo. En cinc, aún no. El negocio del cinc, el de Azsa, está muy controlado.

Glencore, con sede en el cantón suizo de Baar, cotiza en Londres desde hace cuatro años. Aquella salida a bolsa supuso el descubrimiento de ejecutivos millonarios de primer nivel; es el caso del español Daniel Maté Badenes, que es el responsable ejecutivo del departamento de cinc de la gran corporación que controla Ivan Glasenberg y, en consecuencia, también de Asturiana de Zinc, que es la primera fundidora del grupo. Se da la circunstancia de que Maté Badenes había pertenecido al consejo de administración de la sociedad castrillonense en los años noventa, al poco de que Santiago Zaldumbide se hiciera con su control, tras la intervención y la marcha de Banesto, que había sido propietario de la compañía. Maté, pese a la caída de los resultados en bolsa, se mantiene en el club de los millonarios de Glencore (sus participaciones superan los mil millones de dólares).

Glencore es una corporación con intereses tan diversos como petróleo, cinc, níquel, ferrocromo, cobre, aluminio, plomo, petróleo y semillas agrícolas. La compañía que fundó en Madrid el polémico industrial ya fallecido Marc Rich ha visto como los precios del petróleo se han reducido en las últimas fechas debido a un exceso de oferta, cosa que sucede también en otros minerales: aluminio y cobre. De hecho, el valor promedio de cobre se encuentra bajo mínimos desde hace seis años, agobiado por la crisis generada por la nueva política económica de China, que es uno de los mayores consumidores mundiales de metales y de otras materias primas. Su apertura de los puertos, los incentivos otorgados a sus industrias explotadoras de materias primas y las tres devaluaciones consecutivas de su moneda (el yuan) han dejado temblando a las grandes multinacionales occidentales, no sólo a Glencore, y sobremanera a Alcoa, que se está reinventando su estrategia de futuro. La situación del petróleo y el cobre se repite también en el carbón, que es una "commodity" principal en la cuenta de resultados de la compañía Glencore. El negocio del carbón se deprecia también por el exceso de oferta causada por la invasión china.

Según se señala en medios internacionales, dado que los precios de los productos básicos caen y que Glencore se dedica a la comercialización de productos básicos, el precio de su acciones también está cayendo. La prensa económica intenacional emplea un verbo más contundante y dice que las acciones "se desploman" hasta el punto de los títulos de propiedad de la corporación suiza están en mínimos históricos. Hace pocas fechas el precio de las acciones había caído espectacularmente: hasta un 60 por ciento con respecto a 2011, cuando comenzó su carrera en la bolsa.

La salida al mercado de la corporación Glencore fue el paso previo a la megafusión de esta sociedad con Xstrata, los anteriores dueños de Asturiana de Zinc y, según los sindicatos, "marca blanca" de Glencore. Antes de la fusión, Glencore controlaba algo más del 33 por ciento de Xstrata que, a su vez, controlaba casi en su totalidad a la fundidora de San Juan de Nieva. La megafusión dejó a Xstrata desarmada y a Ivan Glasenberg en lo más alto de la pirámide del mercado de materias primas en el planeta, pero ahora empieza a pagarlo.

La invasión de los mercados por parte de China supone un ataque en el corazón de la compañía. Y Glasenberg ve esta situación con temor. Sin embargo, la marea no parece que alcance San Juan de Nieva por el momento: la fábrica es la tercera productora de cinc metal del mundo y la más productiva del mundo. Lleva más de un lustro superando un récord histórico de producción tras o otro. Sigue siendo la joya de la corona.

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