Pasado, presente y futuro se dieron cita ayer para celebrar el día de San Agustín. Regueros de personas inundaron las calles de Avilés para disfrutar de la jornada grande de las fiestas patronales, que estuvo cargada de actividades para todos los públicos y gustos, que a buen seguro no dejaron a nadie indiferente. El mercado modernista, los conciertos y el espectáculo de fuegos artificiales fueron lo más destacado del programa.

La jornada arrancó con el repicar de las campanas de San Nicolás de Bari, que anunciaban el comienzo de la misa en honor al patrón de la ciudad a las 12.00 horas. A la homilía le siguió una multitudinaria procesión en la que los fieles llevaron en volandas la imagen de San Agustín por las calles del casco antiguo avilesino.

Precisamente fueron las vías del centro de la ciudad las que coparon la actividad en la jornada diurna del 28 de agosto. Como si de una máquina del tiempo se tratase, el mercado modernista trasladó a todos sus visitantes a comienzos del siglo XX, época de indianos, de desarrollo del puerto comercial y, a fin de cuentas, germen del Avilés que hoy en día conocemos. Las jaimas montados en Las calles de La Ferrería, La Fruta y El Sol destilaban aroma a especias y exóticas propuestas gastronómicas que maridaban a la perfección con retratos fotográficos en blanco y negro, actuaciones y performances a ritmo de charlestón.

El entorno de la ría, insignia del Avilés más vanguardista, estaba coronado por una imponente noria. Como si de un faro se tratase, con sus luces anunciaba que aquel era el foco de diversión para los más pequeños. Niños -y no tanto- disfrutaron de las numerosas y modernas atracciones desplegadas en la explanada anexa al edificio diseñado por Óscar Niemeyer.

Con la caída del sol, el centro cultural atrajo la atención de los avilesinos. La espectacular Edurne hizo vibrar, cantar y bailar a centenares de avilesinos que se acercaron a la plaza del centro cultural. Su actuación dio paso a los tradicionales fuegos artificiales, y con el aroma a pólvora impregnando el ambiente, la fiesta continuó en otra memorable noche en honor a San Agustín.