La compañía Alcoa Inc. se enfrenta a la crisis de las materias primas abierta por la sobreproducción de China cambiando su estrategia histórica de negocio. Poco a poco va desprendiéndose de sus fábricas de aluminio primario en el mundo y destina sus inversiones a compras de factorías ajenas a su naturaleza, principalmente, al titanio. La compañía así ha cerrado en poco tiempo dos plantas de primario en Europa, en Italia, y otra más en Sudamérica. En 2012 trató de elevar el precio del aluminio echando mano de una estrategia de reducción de producciones (a Avilés le tocó un 50 por ciento, pero la subvención eléctrica hizo que la dirección cambiara de objetivo quedando en un 66 por ciento). La idea era reducir la oferta y elevar el precio del mercado. China y su invasión de materias primas dejó sin argumentos a los que controlan la compañía a nivel global.

Así pues, no es novedoso el hecho de que el presidente Alcoa España, Rubén Bartolomé, se presentase esta semana en Avilés con la amenaza de cierre sobre la mesa. Los trabajadores de Avilés están cogiendo callo a la hora de enfrentarse a las malas noticias que genera su empresa. Desde que en junio de 2010 se inundasen las instalaciones alumineras de Avilés, la plantilla no ha hecho más que ser moneda de cambio de la dirección. Lo fue con el final de la tarifa bonificada y lo ha sido con el fracaso de la primera subasta del año pasado. Entonces, toda la plantilla tuvo un pie fuera de la compañía.

El anuncio de que la aluminera quedó sin bonus eléctrico para su planta avilesina en la subasta celebrada en diciembre de 2014 y eso sacudió la comarca avilesina y provocó reacciones en toda Asturias. Más de 750 empleos se encontraban en la cuerda floja en un municipio de tradición industrial y que carga a sus espaldas con más de 8.000 parados. Esto se vuelve a repetir este año: a las malas noticias de la caída del mercado aluminero desde esta pasada primavera se suma ahora la reducción de la oferta de bloques de 90 megavatios ordenada ayer por Alberto Nadal, el secretario de Estado de Energía.

La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, reclamó a la compañía que se centrase en el problema que tiene solución inmediata (las condiciones de la subasta) para después atajar el problema global (la crisis china). Lo que sucede es que ninguno de los dos problemas tiene fácil solución. Los trabajadores reclaman a Alcoa que acuda a la subasta y lo haga para garantizar su futuro.