El motivo de esta carta es la indignación, impotencia y desánimo que me ha originado mi experiencia con el Instituto Nacional de la Seguridad Social.

En mayo de 2014 el médico de primaria me da la baja por ansiedad y depresión, y a los dos meses soy citada en el INSS (Oviedo). La inspectora que me atiende me da el alta, me llega a decir "que es mal momento", intuyo que para seguir de baja. El verdadero "mal momento" era para mi hermano que, con 52 años, tras diagnosticarle un tumor cerebral, le deja en pocos días en silla de ruedas con una hemiplejía izquierda, junto con otros problemas añadidos. De ahí derivaba mi situación (mis padres mayores, su mujer y yo). Hago una reclamación, pero me la deniegan.

Fue lo mismo comentar que psíquicamente no estaba para trabajar, sobre todo por la labor que desempeño: enfermera en un hospital. Es un trabajo de por sí estresante y de gran responsabilidad, pero en mi situación aún más, pero parecía que eso sólo a mí me importaba; una praxis equivocada podía tener un desenlace no deseado por mí y en tal caso la responsable sería yo.

Me incorporo al trabajo, el estado de mi hermano empeora, y no puedo volver a coger la baja por el mismo motivo (ya que tienen que pasar 80 días). Mi única alternativa es el permiso sin sueldo hasta que el triste desenlace se produce.

Me incorporo al trabajo, mi situación anímica sigue mal. El día a día del hospital no es lo más aconsejable para el proceso que estaba viviendo. Tengo una recaída (me aumentan la dosis del tratamiento), puedo coger de nuevo la incapacidad por el mismo motivo ya que había pasado el tiempo reglamentario, a los dos meses vuelvo al INSS y me dan el alta. Según ellos estoy "perfectamente". Hago una reclamación y la contestación que me dan es que como no ven signos de ansiedad ni depresión (el informe del psiquiatra que aporto dice todo lo contrario) ni intento de autolisis, estoy plenamente para trabajar. Quedo perpleja ante semejantes deducciones.

Los inspectores no son psiquiatras, pero hacen caso omiso de los informes firmados por el especialista. ¿Cuántos antidepresivos hay que tomar para darse cuenta de estar mal?

No, no he tenido intento de autolisis porque iría a la UCI o a otro "lugar", ya no sería necesario mi incapacidad ni transitoria ni permanente. Y, lo más grave, hundiría a mis padres.

Me parece incomprensible que haya que tener un intento de suicidio para renovar la baja.

Es triste la poca consideración que se tiene al trabajador. En mi caso, en 28 años sólo tuve dos bajas por incapacidad temporal. Por lo que he vivido, para nada se tiene en cuenta la vida laboral, la responsabilidad, el puesto que desempeñas? Hay que dar altas sin más. Si al final, como se me dijo, "es mal momento".