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El pez del verano, en horas bajas

La costera del bonito, un auténtico "fiasco" con unas capturas insignificantes

Algunos armadores consideran la pesquería insostenible y dan la campaña por cerrada ante la escasez de pescado y la lejanía del mismo

La tripulación de un pesquero, retirando el aparejo del bonito en el puerto de Avilés, en una imagen de archivo. R. S.

Aquí no hay bonito. El preciado pescado plateado brilla por su ausencia, y en la lonja avilesina consideran el mes de agosto "un fiasco" en cuanto al número de capturas, casi inexistentes. El jueves, por ejemplo, el barco "Siempre Baluarte", con capacidad para unas 15 toneladas de bonito en sus bodegas, desembarcó en Avilés alrededor de 3.000 kilos. Esta descarga, casi insignificante teniendo en cuenta la capacidad del buque, es la única de bonito del Norte recibida en la rula avilesina. "Los pescadores llegan desesperados después de días en la mar", asegura el responsable de la rula, Ramón Álvarez.

La "desastrosa" costera del bonito ha llevado a algunos armadores a adelantar el cierre de la campaña, que habitualmente concluye en septiembre. Algunos boniteros ya están amarrados a puerto: la escasez de pescado y la lejanía del mismo hace insostenible la pesquería. Ni siquiera el precio que alcanza el bonito en la rula -a cuatro euros y medio el kilo, aproximadamente- compensa salir a faenar. "Salvo que haya sorpresas, que algún barco encuentre un banco de peces, la costera pinta mal. Los únicos que están pescando algo son los de tanqueo (los que usan cebo vivo)", manifiesta. Estos últimos, los de tanqueo, no descargan en Avilés.

De ahí que la rula esté notando ya la falta de bonito en el total facturado. El pasado julio, por ejemplo, las descargas de bonito (312.522 kilos) generaron 1.353.569 euros. En el mismo mes de 2014, la rula facturó por atún 1.678.592 euros, según datos recogidos en la memoria de la Dirección General de Pesca. La costera comenzó este año a unas 250 millas al Noroeste de las Azores lo que presagiaba que el bonito grande viraría antes de lo previsto hacia el sur de Irlanda. Y así ha sido, por eso en el Cantábrico los bonitos no enganchan el anzuelo.

El "campanu" del Cantábrico -como ya se conoce en Asturias al primer bonito del Norte que llega a tierra- se ruló en Avilés el pasado mes de mayo. El pesquero asturiano "Esmeralda III" y los vascos "Gaztelugatxeko" y "María Digna II", que desembarcaron más de 2.800 kilos de túnido, vendieron parte de la mercancía a 120,20 euros el kilo consiguiendo un nuevo récord de precio. Aunque la costera comenzó con buen pie pronto los pescadores se dieron cuenta de que los cardúmenes (bancos de atún) eran casi inexistentes en aguas asturianas para desgracia de los armadores.

El bonito es una de las pocas especies marinas de interés comercial no sujeta a los cupos que fija y distribuye entre los países miembros la Unión Europea, por lo que constituye un preciado tesoro para los barcos que tienen la suerte de dar con ejemplares en abundancia habida cuenta de que el valor en tierra de esa especie suele ser muy rentable.

Bocarte

Campaña atípica aparte, el bonito del Norte no falta cada verano en los mostradores de las pescaderías ni en las mesas. También conocido como atún blanco, es un pescado azul y de agua salada que, en función de su tamaño, se conoce como "grande" (más de 7 kilos, puede alcanzar los 30 o 40), "recortado" (entre 4,5 y 6,5 kilos) y "monito" (hasta 4,5 kilos). ¿El más sabroso? El grande. De ahí es de donde se extrae la mejor ventresca, el mejor rollo (realizado con la carne desmigada que se localiza en las zonas más próximas a las espinas), los mejores solomillos y lomos.

A la escasez de bonito, los pescadores asturianos lamentan ahora también la lejanía del bocarte, que estos días se está pescando en aguas gallegas.

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