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Polémica por el horario de cierre de las terrazas

Los hosteleros, en pie de guerra por una "cacería policial traducida en multas"

Los empresarios critican el afán de los agentes por cumplir la ordenanza: "Si nos pasamos unos minutos de la hora, nos sancionan", aseguran

Terrazas instaladas en el céntrico barrio de Sabugo, ayer. RICARDO SOLÍS

Los hosteleros avilesinos son ahora más colegas que rivales. Se sienten víctimas de una "cacería policial" y por este motivo se han agrupado para denunciar la situación que atraviesan, que califican de "insostenible moral y económicamente". "La Policía Local juega a la caza con nosotros, y no nos deja respirar en cuanto al horario de las terrazas. Si un sábado tenemos que cerrar a las 02.30 de la madrugada, a las 02.36 ya están los agentes multando o amenazándonos con sancionar de una forma prepotente y desmedida", manifiesta una hostelera de Sabugo, mientras que un compañero agrega: "Todo esto es culpa de un solo policía, de una persona que se quiere colgar medallas fastidiando a los demás". A al menos un hostelero ya le ha llegado una multa por incumplimiento del horario de terrazas.

"Las sanciones rondan los mil euros, una cifra que nos cuesta mucho conseguir copa a copa. Pero eso no es lo peor: trabajamos con miedo, igual que cuando gobernaba Franco", subraya otra empresaria avilesina. Agrega al respecto: "No pedimos que nos permitan tener la terraza toda la noche, simplemente queremos que un sábado no nos entren los policías en el bar en actitud despectiva ni que nos tiren una foto al local desde el coche patrulla por pasarnos diez minutos del horario de cierre de terrazas".

Los hosteleros dicen llevar así meses si bien, coinciden, durante los meses de verano la relación con algunos agentes ha ido a peor.

"Esta situación explica que muchos bares cierren de un día para otro, porque es insostenible tener un local de esta forma. Explica también que cada día más personas decidan salir a tomar una copa por Gijón o Piedras Blancas, donde los hosteleros no están ni la mitad de perseguidos", puntualiza un empresario que como el resto de sus colegas prevé reunirse esta tarde con un jefe de la Policía Local de Avilés que se desplazará a la plaza del Carbayo para explicar la ordenanza reguladora de las terrazas de hostelería de Avilés. Dicho documento recoge los horarios de cierre de estas instalaciones exteriores en función de la Ley del Ruido y prohíbe a los hosteleros ocupar mesas y sillas más allá de las 02.30 de la madrugada los fines de semana de verano.

El concejal de Promoción Económica y Ciudad del Ayuntamiento de Avilés, Manuel Campa, niega una "cacería policial" contra los hosteleros de la ciudad. "No hay especial celo en multar a nadie, pero la policía debe actuar cuando hay denuncias o se sobrepasa en extenso el tiempo de cierre de una terraza", explica. Los hosteleros defienden, por contra, su teoría. "En Avilés se han cargado el turismo y a nosotros nos están hundiendo... Defienden Alcoa, pero si van a pique los bares de esta ciudad se perderán también muchos puestos de trabajo", subraya un empresario. Otro, precisa: "Tenemos que pagar por una terraza que no nos dejan explotar, no ponemos música alta para no molestar, no dejamos fumar en los bares para no incumplir la ley... ¿qué será lo siguiente?". Una terraza de 10 metros cuadrados cuesta en Avilés 250 euros al año.

Todos coinciden, eso sí, en que no quieren más de lo que les corresponde. "Pedimos que levanten la mano unos minutos, que la vigilancia de terrazas no sea tan extrema", precisan los afectados, que esperan llegar esta tarde a un acuerdo con uno de los responsables de la Policía Local de Avilés. "Si nos ponemos bordes podemos serlo y mucho. Podríamos denunciar a los agentes por no vigilar como corresponde las calles ya que durante las fiestas de San Agustín se hicieron botellones multitudinarios. ¿Dónde estaban los policías para evitar esos encuentros?", recalca un hostelero.

Para evitar sanciones, los empresarios avilesinos han decidido "chivarse" si hay policías en las proximidades de los bares. "Hace poco cerramos el restaurante y de la que íbamos para casa, a eso de las dos, vimos a dos patrullas aparcadas en Sabugo. Teníamos claro que estaban esperando a las 02.30 para iniciar la cacería así que regresamos al barrio y avisamos a los colegas", manifiesta un hostelero. Por el momento, los empresarios con negocios en la ciudad prefieren mantenerse en el anonimato "para evitar males mayores". "Mañana (por hoy) daremos la cara en la reunión", concluyen.

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