La Semana de la Tapa ha comenzado con buen pie, coinciden en apuntar los hosteleros que se han sumado a esta iniciativa puesta en marcha el lunes y que se prolonga hasta el domingo, día 13. "En los dos primeros días vendimos más de lo que esperábamos, casi tanto como el año pasado en una semana. Nos faltó poco para quedamos sin mercancía", señala Alejandro Villa Pérez. El cocinero del café Pandora ha preparado para estos días dos tapas: una navaja procedente de las islas Cíes sobre una salsa elaborada con su propio jugo, emulsionada con vainilla y naranja y acompañada de flor de borraja, flor anisada y codium marino. También incluye un aire de pomelo con toque de pimienta cayena. Asimismo, el joven chef presenta una anchoa de Laredo con base a ajo blanco y dos sorbetes: de tomate cherry y de aceite de oliva virgen extra.

Igualmente satisfecho con el buen ritmo que ha marcado el inicio de estas jornadas se manifiesta Rubén Junquera, de La Dársena. "Empezó con fuerza, más de lo que esperábamos", señala para describir su propuesta, basada en un plato de India y Pakistán: samosa, similar a la empanadilla y que parte de una bechamel con manzana y foie envuelta en una pasta brick y decorada con puré de manzana reineta y reducción de vinagre balsámico.

La Semana de la Tapa encara esta edición con un objetivo común para los 48 establecimientos implicados y que conforman una ruta: atraer clientes, darse a conocer, ganar la confianza y fidelidad del público e invitar a degustar las propuestas pensadas para este encuentro. "Somos un local joven y queremos que la gente venga a conocer nuestro platos y carta de vinos", indica Pablo Pérez, propietario y jefe de cocina de Apiñon Bistro, que debuta en las jornadas con un chipirón relleno de picadillo con curry negro de carabineros, dos salsas alioli (de pimiento asado y de ajo asado), puré de zanahoria y germinado de rabanitos. Este bocado que Pérez invita a maridar con una copa de vino Viña de Moya, del Bierzo, formó parte, explica, de un menú degustación que creó con un cocinero del restaurante Punto Mx.

Más allá de la rentabilidad económica (el precio de las tapas se sitúa entre 1 y 2.50 euros), Pili Meana, de la sidrería La Cantina, en Villalegre, se ha sumado por tercer año al certamen "para estar en el mercado y que la gente conozca cómo trabajo. Mi mayor satisfacción es que a los clientes les guste y valoren lo que preparo con mucho mimo", dice. Su tapa consiste en un timbal del Cantábrico con escalibada, perlas de arenque y tomate cherry confitado.

En su afán de captar la atención del consumidor, Teresa Álvarez, de la trattoria Mascareta, ha optado por una tapa "diferente" a la que ha bautizado como Volcán. "Consiste en unfrixuelo envuelto y relleno de carne con dos salsas: Aurora (con tomate, queso parmesano y nata) y Mornay. Asimismo, lleva tomate confitado y albahaca, "sabores todos ellos asociados a cocina italiana". También propone de tapa una mini pizza.

Los consumidores pueden premiar a la tapa y el establecimiento que consideren mejores mediante una votación. Para ello existen unos folletos en los diferentes locales. Además, al final de la Semana se realizarán sorteos con atractivos premios.