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Las cartas de Avilés y Comarca

Todos somos catalanes y todos somos españoles

La inmensa mayoría de los habitantes del Reino de España, cuando éramos preguntados por un extranjero sobre nuestra procedencia, casi todos y casi siempre contestábamos... "¡Ah, de España!", y añadíamos: de Cataluña, de Galicia, de Asturias. De Andalucía, del País Vasco, de las Baleares, de las Canarias, de La Mancha, de Castilla, etc. Y ahora que vivimos en democracia, con muy pocas excepciones, nos sentimos orgullosos de pertenecer al país que cierra la Comunidad Europea por el sur-oeste. Tengo que cambiar lo de sentirnos por lo de "sentíamos", pues en esta inmediatez creo que tengo que cambiar también la implícita palabra "todos" por la de "la mayoría", pues algo sustancial está cambiando y, a mi manera de pensar, no es precisamente para mejor.

Como es obvio, me estoy refiriendo a las elecciones a la Comunidad de Cataluña, que como están levantando tanta expectación, no quiero dejar que pasen sin verter mi reflexionada opinión. Soy español y soy catalán y para avalar lo que digo os hago saber que hace bastantes años, en mis inicios de Funcionario Civil del Estado, elegí esa región para observar su idiosincrasia, su adelanto con respecto al resto de España, y, cómo no, sumarme a un montón de familiares y amigos del Bierzo leonés, que es de donde procedo. Nadie me defraudó y agradecido estoy de todo y de todos, en Barcelona en tan solo veinte meses aprendí lo que es la laboriosidad, la austeridad y la honradez y siguiendo el ejemplo de los lugareños, por imperativo de la carestía de la vida, practiqué el doble empleo y hasta sacaba tiempo para ir de noche a una academia para ampliar mis escasos conocimientos culturales.

He tomado nota de aquellos valores y hasta me realizó que dos de tres hijos hayan pasado por Barcelona, trabajaran allí y se formaran, además de uno de ellos embodarse con una catalana.

Por todo esto que os regalo de mi intimidad, soy catalán, y el respeto y el cariño que siento por esa minoría no me impide hacerles llegar mi preocupación por el posicionamiento que adoptan ante un caso tan serio como es tratar de romper un todo para quedarse en un barco a la deriva y sin un timonel fiable.

En estas elecciones, que por supuesto ningún resultado en el escrutinio de los votos será vinculante, se juegan los valores de la convivencia, de la armonía en comunidad y se puede llegar a eso que algunos políticos quieren que se llegue, para crear el caos y a modo de cortina de humo que no quede al descubierto su incapacidad de coordinación, su falta de talento para resolver y simplemente por sus egocentrismos idolatrados, llevar a una región prodigiosa a un callejón sin salida o retrogradarse muchísimos años.

¡Cuidado, jóvenes que por primera vez depositáis vuestro voto, cuidado con los que os identificáis con las siglas Cas y Le, An, Ga, Ex, y de otras regiones y provincias, pues a los primeros les puede dominar la mala información que les han ido administrando y a los otros les puede fallar la memoria!

A reflexionar y sacar las conclusiones de que: empequeñecerse no hace a uno más grande y que lo de perder el nombre de "español" empaña la identidad.

¡Qué pena me dieron aquellos niños que, mal formados adrede, hacían la propaganda de odio hacia el resto de España, pues además de engañados han sido utilizados por esos políticos que van a lo suyo y algunas veces a Andorra!

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