Las reacciones de los grupos parlamentarios tras la reunión con los representantes de los trabajadores de Alcoa fueron unánimes: solidaridad con la plantilla y deseo de cerrar filas para impedir la marcha de la empresa de Avilés. Y las consideraciones que se tienen en cuenta son dos: que hace falta un marco energético más estable, y que Alcoa ha de mantener su actividad e inversiones. "Sabemos que Alcoa depende de la electricidad en gran medida, pero las inversiones han dejado de realizarse en el año 2008, cuando no había ningún problema con la tarifa eléctrica; parece que hubiera interés de la empresa por marcharse de nuestra comunidad", reprochó la diputada regional Emma Ramos.

El portavoz de IU en el parlamento asturiano, Gaspar Llamazares, sumó a las peticiones de una nueva tarifa eléctrica y compromiso inversor de la fábrica firmeza al Gobierno de Asturias frente al Gobierno de la nación.