Los reyes de España compartieron hoy con los habitantes de San Agustín la celebración del 450 aniversario de la fundación de esta ciudad, en la que Felipe VI agradeció públicamente el afecto dispensado por la población y su interés en preservar la herencia española.

Desde el mismo balcón de la Casa de Gobierno en el que se habían dirigido al pueblo hace catorce años sus padres, los reyes Juan Carlos y Sofía, don Felipe dedicó unas palabras de agradecimiento en inglés y español por el caluroso recibimiento y el cuidado demostrado en la conservación del legado español, que concluyó con un "Dios os bendiga a todos; ¡Viva San Agustín!".

Decenas de vecinos que aguardaban a los reyes -junto a algunos españoles- en la Plaza de la Constitución, engalanada con banderas para la ocasión, respondieron enseguida con entusiastas vivas a España, al rey y a Asturias, tras rubricar con aplausos muchas de las frases de don Felipe, quien fue presentado en el balcón por un voluntario que interpretaba a Pedro Menéndez de Avilés.

Tras destacar que la ciudad fundada por este almirante asturiano es "un verdadero símbolo" de los lazos que unen a España y EEUU, el Rey se declaró impresionado tanto por lo bien que sus ciudadanos han preservado el patrimonio español como por el afecto recibido, un cariño ante el que doña Letizia y él se sentían conmovidos y querían dejar claro que es recíproco.

El monarca rindió homenaje asimismo al almirante que fundó en 1565 en ese lugar el asentamiento europeo más antiguo del actual territorio de EEUU, recordó que la ciudad se encuentra hermanada a Avilés y la isla de Menorca y animó a españoles y estadounidenses a estar orgullosos de sus vínculos históricos, unidos por un pasado inspirador y "un prometedor futuro como amigos y aliados".

Los reyes, que concluyen hoy una visita oficial de cuatro días a EEUU inaugurada en Washington el pasado lunes, fueron recibidos por la alcaldesa de San Agustín, Nancy Shaver, en el Castillo de San Marcos, una de las más importantes muestras de la arquitectura militar de España en América, donde ondea habitualmente la antigua bandera española con la cruz de Borgoña.

Sobre el fondo de las salvas de cañón disparadas en su honor por voluntarios ataviados con uniformes de época de la antigua guarnición española, navegaba en las inmediaciones de la fortaleza el galeón San Pelayo, réplica del que diseñó Menéndez de Avilés, en una recreación del histórico desembarco que marcó el origen de la historia moderna de EEUU.

También recorrieron el interior del castillo, varias veces ampliado y reforzado ante los sucesivos asaltos británicos y que fue construido en 1672 no en piedra, sino en coquina, una mezcla de moluscos y arena que demostró ser un excelente y eficaz material defensivo, puesto que los muros absorbían el impacto de los proyectiles enemigos en los bombardeos.

Antes de acudir a la Casa de Gobierno, los reyes visitaron el Museo Lightner -el antiguo Hotel Alcázar, uno de los establecimientos hoteleros construidos a raíz de la llegada del ferrocarril a la ciudad, de la mano del empresario Henry Flagler-, al que donaron un cuadro de Menéndez de Avilés pintado por el artista asturiano Amado González Hévia "Favila".