La multinacional norteamericana Alcoa anunció la pasada semana que cerrará su fábrica de aluminio primario de Surinam (Sudamérica) el próximo 30 de noviembre. Este centro operativo -explotado por la empresa filial Suralco- ha visto cómo había ido reduciendo su producción a medida que la caída del mercado de aluminio primario se iba reduciendo. La razón que aduce la dirección mundial de la compañía que posee en San Balandrán (Avilés) una fábrica de aluminio electrolítico es que el mercado de bauxita -que es la materia prima de la alúmina que lo es, a su vez, del aluminio-, ha caído de manera espectacular. De hecho. la multinacional ha estado reduciendo su capacidad de refino y fundición de aluminio desde que enfocó su negocio hacia los sectores aeroespacial y del automóvil, más rentables que la fabricación de productos no acabados.
La refinería Suralco tenía una capacidad de refino anual de 2,2 millones de toneladas métricas. Alcoa anunció el pasado mes de marzo que iba a reducir 443.000 toneladas de alúmina. Estas se sumaron a las 876.000 toneladas a las que ya había renunciado. Y el resultado final es el cierre.
Las discusiones entre Alcoa y el Gobierno de Surinam comenzaron en octubre de 2014 para llegar a una solución conjunta para el futuro de Suralco -participada por dinero público-. "Los desafíos energéticos en curso, el mercado limitado de la bauxita limitado y las condiciones desfavorables del mercado de productos básicos significa que ya no es posible continuar las operaciones", dijo Bob Wilt, el presidente de Productos Primarios de Alcoa. "Nuestra atención inmediata se vuelve ahora a los empleados de Suralco que han trabajado duro durante estos tiempos difíciles. Entendemos lo difícil que es esta decisión es para los empleados y trabajaremos estrechamente con ellos y los sindicatos para paliar los problemas", añadió Wilt.
La decisión tomada en Surinam se suma a las que se tomaron en su día en las provincias de Véneto y Cerdeña, en Italia, y a la reducción de producción de las fábricas de La Coruña y de Avilés, tocadas por la crisis eléctrica.
