La progresiva "deforestación" de Las Meanas, que en una década ha perdido al menos la cuarta parte de su masa arbórea en beneficio del hormigón y las superficies de pradería, vivió ayer un nuevo capítulo con la tala de los ocho plátanos que crecían cerca de la confluencia de las calles de José Cueto y Francisco Orejas Sierra y rodeaban las pistas de petanca allí ubicadas. La corta de los árboles generó numerosas quejas vecinales y la airada protesta de miembros del Colectivo Ecologista de Avilés, además de otras a título particular de varias personas que se declaraban "amigos de la naturaleza" y que trataron en vano de impedir que las motosierras echasen abajo los plátanos.

Desde el Ayuntamiento, y en base a los informes técnicos que elaboró en su día el servicio de Parques y Jardines, se argumentó que la tala de los plátanos fue debida "a razones de seguridad y funcionales" toda vez que se quiere ganar ese espacio "para juegos infantiles y, además, evitar el posible riesgo que supone mantener ese arbolado en el estado en que se encuentra". En este sentido, aún se recuerda con tristeza el desgraciado accidente ocurrido en 2007 al caer una rama que alcanzó a un hombre causándole la muerte. Desde entonces los controles de poda de los ejemplares fueron reforzados, pero aún así, según la versión municipal, "los árboles presentan una desestructuración generalizada, además de podredumbre en la parte central del tronco y las ramas". En sustitución de los árboles talados se plantarán ocho tilos y 150 unidades de arbustos juníperos, medida insuficiente para quienes hubieran preferido seguir paseando a la sombra de los plátanos.