La compañía norteamericana Alcoa anunció esta semana la apertura de una planta nueva dedicada al suministro de aluminio para la industria del automóvil. Esta nueva planta se encuentra en el estado norteamericano de Tennessee. La multinacional, que posee en Avilés un centro de producción de aluminio primario, lleva meses comunicando el cierre de instalaciones como consecuencia de la caída del negocio de las materias primas.

Según comunicó la propia compañía, lo que salga de la planta de Tennessee tiene clientela garantizada: Ford Motor Company, Fiat Chrysler y General Motors. "Los fabricantes de automóviles están exigiendo materiales más ligeros y más fuertes que mejoran el rendimiento de sus vehículos y Alcoa está a la vanguardia para capturar esa demanda", dijo Klaus Kleinfeld, primer ejecutivo de la multinacional y el responsable último de los recortes de producción de fábricas como las de Avilés o La Coruña. "Hemos cimentado la posición de Alcoa como el socio de primera clase para la industria del automóvil", añadió Kleinfeld.

La planta de Tennessee es la segunda más importante de Alcoa en América del Norte y su producción está respaldada, aseguran desde la compañía, por contratos con clientes a largo plazo; el primero, en Davenport, Iowa.