La multinacional Alcoa ha concluido su proceso de adaptación a la realidad presente del mercado de las materias primas partiendo por la mitad sus negocios y creando, a continuación, dos nuevas empresas. Este proceso fue anunciado ayer por la dirección mundial de la compañía y estará concluido a finales del próximo año 2016. El negocio tradicional de Alcoa consiste desde su fundación hace más de un siglo en fabricar aluminio primario y alúmina y extraer bauxita. La crisis de las materias primas y la caída que acusa el precio del aluminio desde 2011 obligó a la compañía a diversificar su negocio: comenzó a adquirir plantas de titanio y otros metales de alto rendimiento y redujo su presencia en los sectores tradicionales. Lo que se hizo público ayer es que Alcoa creará una empresa que mantendrá el nombre histórico y que se dedicará a la parte tradicional de su negocio mientras que la nueva sociedad, que se presentará con un nuevo apelativo, se dedicará a los nuevos nichos de mercado.

La segregación de las dos compañías está previsto que se materialice en el segundo semestre del año próximo. Las plantas españolas de la multinacional (Avilés, La Coruña y San Ciprián, en Lugo), quedarán dentro de la empresa que explote los negocios tradicionales.

El proyecto es que "ambas compañías funcionen de manera independiente a la hora de atraer una nueva base de inversores más adecuada a su propuesta de valor y a sus características operativas y financieras", según explicó la empresa por medio de una nota de prensa. "En los últimos años, hemos transformado con éxito Alcoa para crear dos motores de valores fuertes que ahora están listos para perseguir sus propias orientaciones estratégicas distintivas", explicó ayer Klaus Kleinfeld, presidente y consejero Delegado de Alcoa. "Tras vivir la profunda recesión de 2008, inmediatamente nos pusimos a trabajar la remodelación de la cartera. Hemos recolocado todo el negocio". añadió Kleinfeld. La decisión de la segregación de fue aplaudida en los parqués bursátiles, con una subida del valor de la acción superior al 3,6%.

Glencore

Por otra, la compañía Glencore, propietaria de Asturiana de Zinc, vivió ayer en la Bolsa de Londres una de sus jornadas más negras: el precio de sus acciones cayó cerca del 30 por ciento, quedando el precio en poco menos de 70 peniques (en 2012, estaba a más de cinco libras).

Desde comienzos de año, la compañía ha perdido tres cuartas partes de su valor. La razón es que tiene graves dificultades para hacer frente a una deuda millonaria (más de 28.000 millones de euros) contraída al comprar el gigante Xstrata, que era, a su vez, el propietario de la fundición de cinc de San Juan de Nieva.

La situación de Glencore empieza a ser crítica, según señalan los analistas económicos. Porque a la deuda se suma la caída de los precios de las materias primas (menos el cinc, todas las demás están en caída libre).