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Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés

"Debemos escuchar nuestro estado de ánimo para limpiar las toxinas emocionales"

"Tenemos que aceptar el cometer errores y saber que nos pueden servir para aprender"

Alicia Fuertes Tuya.

Escucharse a uno mismo y huir de la negatividad son dos de los pasos para alcanzar una buena salud mental. La terapeuta Alicia Fuertes ofrece a la 20.00 horas de hoy, en la Casa de Cultura, la charla "La importancia de la higiene mental para la mejora de las relaciones personales". El acto está organizado por el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés en colaboración con la asociación "Astarte". La entrada es libre.

-¿Deberíamos cuidar la salud mental igual que la física?

-Hay que desarrollar hábitos emocionales para tener una salud mental óptima.

-¿Las actitudes y los pensamientos negativos enferman nuestra mente?

-Lo primero que debemos hacer es tomar conciencia de nuestros estados de ánimo, escucharlos para limpiarlos de toxinas emocionales. Interpretaciones negativas como ¿por qué me pasa esto a mí o por qué me tratan así? interfieren en el funcionamiento del cerebro y altera el riego sanguíneo. El pesimista ve la vida en color gris y manda un mensaje negativo al cerebro. Podemos ser conscientes de la emoción y convertir un problema en una oportunidad. Tenemos poder sobre el cerebro para buscar alternativas. Hay que aceptar el hecho de cometer errores y saber que nos pueden servir para aprender.

-¿Esa negatividad también daña el cuerpo?

-Ante los estados más negativos y deprimentes el cerebro pone en funcionamiento el sistema hormonal y ataca las defensas. Las emociones alimentadas negativamente afectan a nuestro sistema inmunológico, de ahí que una persona negativa tenga más catarros, gripes y dolores que una optimista: su sistema inmunológico esta sufriendo.

-¿Se pueden evitar las ansiedades y agobios?

-Se pueden trabajar; influyen en el cuerpo igual que las emociones. Hay que escucharse sin enfadarse con uno mismo, focalizar el síntoma del cuerpo y trabajarlo, pero no al punto de producirnos angustia e inquietud. Culpabilizarse o echarse basura encima no nos sana. Podemos entrenar la mente para ver una oportunidad y no un problema.

-¿El ejercicio físico también es saludable para la mente?

-Los occidentales estamos acostumbrado a separar el cuerpo de la mente, pero en realidad somos un todo: las emociones pasan por el cuerpo. Al hacer ejercicio, las endorfinas nos relajan provocando un estado de ánimo más positivo, nos concentramos mejor y desarrollamos mejor la tarea.

-¿Qué papel desempeñan las relaciones sociales en la higiene mental?

-Son vitales. Cuando abundamos en las emociones negativas estamos a la defensiva, detectando más los errores. Si focalizamos tanta negatividad al entorno se pueden desecadenar situaciones conflictivas. Podemos hacer un trabajo con nosotros mismos en vez de atribuir a los demás el problema. El problema no es el problema, es cómo lo percibo yo.

-¿Un encuentro con amigos es la mejor medicina ?

-Una relación que nutre nos produce un bienestar muy grande. Pero nos alimenta porque también aportamos, sabemos acoger y valorar a la otra persona. Cuando yo valoro, el otro desarrolla actitudes positivas. Es tóxico estar focalizando negatividad y sacar punta a todo. No hay que dejar que los pensamientos negativos nos inunden; la rumia negativa es fatal.

-¿La relajación, la meditación y los ejercicios de respiración favorecen nuestra mente?

-Al relajar el cuerpo ocurre lo mismo con la mente y se está más positivo. La vida es compleja, lo positivo y negativo forma una unidad. Si hay un aspecto positivo también hay una contrapartida, por ello tenemos que saborear lo que hay de bueno con gratitud.

-¿Y cómo afecta a la mente dormir más o menos?

-Exigimos al cuerpo más de lo que puede dar: se trasnocha, trabajamos mucho... Queremos rendir al cien por ciento y hay que dejar espacio para contemplar, escuchar, relacionarnos. Vivimos sin saborear la vida y tiene que haber momentos de calma, de ver con gozo la tarea hecha y lo que nos ha dado el día. Lo malo, por su parte, hay que recolocarlo para que no nos invada.

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