Los vecinos de Llaranes demostraron ayer su unidad una vez más. En esta ocasión, lo hicieron para defender la idiosincrasia de sus centros educativos e intentar conseguir que sean declarados bienes de interés cultural (BIC) por parte del servicio de Patrimonio del Principado. La sala del centro sociocultural registró una buena entrada para asistir a las explicaciones del historiador Javier Menéndez Ferré, que ha elaborado el proyecto en defensa de los dos edificios levantados en la década de los años cincuenta del pasado siglo.

La construcción de estos inmuebles fue pareja a los primeros años de existencia del Llaranes de hoy en día y, por extensión, al inicio de la actividad de la extinta factoría siderúrgica de Ensidesa. El historiador destaca en su estudio que estos edificios de arquitectura racionalista fueron levantados tras el proyecto realizado por los arquitectos Juan Manuel Cárdenas y Francisco Goicoechea. Según expuso el historiador en la conferencia, la construcción de estos centros educativos forma parte de un momento crucial en la historia de Avilés.

"La población crece exponencialmente en esos años, se nutre de inmigrantes y la ciudad, hasta entonces pesquera y comercial, comienza una apuesta decidida por la actividad industrial. Se erige así, en un ejemplo visible de la transformación sufrida por el municipio a mediados del siglo XX", indicó el historiador para introducir la historia de estos edificios que estaban segregados por sexos: el de las niñas estaba gestionado por monjas y el de los niños se encontraba dirigido por salesianos.

Desde los años ochenta del pasado siglo, estos centros que pasaron a depender directamente de Ensidesa conforman el colegio público de Llaranes y desde hace años, uno se centra en educación infantil y el otro en Primaria.