ArcelorMittal ha sido condenada a pagar medio millón de euros por la muerte de un trabajador que sufrió leucemia tras haber estado expuesto durante años al benceno en las baterías de coque de Avilés. La sentencia del Juzgado de lo Social Nº 2 de Avilés considera probada "la relación de causalidad entre el trabajo desempeñado por el actor y la enfermedad que lo motivó, dado que consta que estuvo expuesto de forma continuada durante años al benceno, agente cancerígeno". Por ello, condena a la multinacional a abonar 479.985 euros, además de los intereses, a la viuda e hijo del fallecido como daños y perjuicios.

La demanda ha sido interpuesta por los servicios jurídicos de CCOO. El sindicato señala que "constituye un hito en el derecho laboral de la región y en la siderurgia asturiana". La condena señala que el trabajador no recibía medidas de protección.

El trabajador falleció en 2012, cuando contaba 32 años de edad. Sólo transcurrieron tres meses desde que se le diagnosticó la leucemia aguda de alto riesgo y su fallecimiento. La sentencia detalla que el operario de ArcelorMittal "prestó diferentes servicios de manera intermitente durante 2007 y de manera continuada a partir de 2008, hasta la fecha en la que le fue dictaminada la enfermedad que causó su muerte", afirma el sindicato.

Asimismo, el juez indica que el trabajador estuvo en contacto con el benceno de manera continuada mientras realizaba su labor en las baterías de coque de Avilés, una sustancia que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer considera un elemento cancerígeno catalogado del grupo 1 y que se absorbe por vía respiratoria o contacto con la piel.

Los servicios jurídicos de CCOO argumentaron que el trabajador estuvo expuesto de manera continuada al benceno y utilizaba cascos que no se encontraban certificados por el fabricante para la protección frente a hidrocarburos aromáticos o vapores orgánicos. Los trabajadores inhalaron el producto hasta 2012, fecha en la que la multinacional entregó cascos homologados.

Las medidas de prevención tampoco fueron las idóneas contra la contaminación dérmica, sostiene la sentenciaa, ya que hasta 2012 no había una norma que obligara al personal que operaba en baterías al cambio de ropa diario para evitar el contacto directo con la piel de manera prolongada.

Para la Sección Sindical de CCOO en ArcelorMittal se trata de una sentencia histórica en la siderurgia asturiana. "Tal y como hemos hecho hasta ahora nos mostraremos muy beligerantes para que la empresa adopte las medidas de protección necesarias que garanticen la seguridad y salud de sus trabajadores "