"Este año los percebes son increíbles", exclamó Marcos Rodríguez, uno de los cuarenta y cuatro pescadores del plan de extracción de Peñas que ayer comenzó la campaña en el entorno del cabo. Los perceberos destacaron las buenas condiciones marítimas para la captura del codiciado molusco y se sorprendieron con el tamaño de las piezas extraídas.

"No había percebes pequeños ni medianos, todos eran grandes. Eso es señal de que criaron bien durante estos meses", indica Marcos Rodríguez mientras guarda en su furgoneta un barreño con ocho kilogramos de percebes, el máximo exigido por el Principado para los pescadores pertenecientes a las Cofradías de Bañugues y Luanco.

La mayoría de las piezas fueron extraídas en las rocas conocidas como "Los xugos", ubicadas a pocos metros de la punta La Gaviera, que es la zona más al norte del Principado.

Marcos Rodríguez, Abraham González y Javier García comenzaron su jornada a las diez y media de la mañana. Se desplazaron en el barco "Buena esperanza" desde el puerto del Gayo de Luanco hasta los pedreros de las inmediaciones de Peñas. La jornada finalizó de nuevo en el puerto de Luanco, donde hacia las dos de la tarde, los tres perceberos realizaban labores de limpieza en la embarcación.

Una de las cuestiones que más llamó la atención a los pescadores fue la vigilancia. "Había más que en años anteriores", detalló uno de los perceberos mientras recogía las bistroncias -utensilio para extraer los percebes de los pedreros-. Una de las razones que pueden justificar la presencia de más vigilantes en el entorno de Peñas, a juicio de los profesionales, puede ser la presencia de furtivos. "Lo peor de los furtivos es que hacen daño a las piedras e impiden que los percebes críen bien, pero también hay que decir que hubo más furtivos de los que hay", concluyeron los pescadores.

En el occidente asturiano, las capturas lograron una una cotización media de casi 32 euros por kilogramo para los 345,3 subastados en la lonja de Puerto de Vega (Navia). A 31 euros se vendieron los 250 kilos que se despacharon en la rula de la localidad valdesana de Luarca.