El avilesino Víctor Fernández sufrió ayer un hurto en su coche, que es habitual en las grandes ciudades pero apenas es conocido en Asturias. Le robaron el catalizador, una pieza ubicada cerca del tubo de escape que sirve para reducir la emisión de gases dañiños como el monóxido de carbono. "Arranqué el coche y sonaba como una barqueta y lo primero que pensé es que tenía el escape roto, luego en el taller me confirmaron que me habían robado el catalizador cortándolo con una radial", relata Fernández, que denunció el caso ante la Policía Nacional. El vehículo estaba aparcado en zona verde en la céntrica calle Doctor Marañón, donde el afectado suele estacionar su coche.
Este tipo de sustracciones son más habituales en furgonetas y camiones, dado que para retirar la pieza es necesario acceder por la parte baja del motor.
El alto precio de estas piezas en el mercado explica que se haya convertido en un robo de moda. "Un catalizador de un turismo utilitario ronda, como mínimo, los trescientos euros", explicó el mecánico Máximo Fernández. Los catalizadores alcanzan estos precios porque contienen "metales preciosos" como el paladio, el platino y el rodio. "El rodio resulta más caro que el platino, es un metal maleable y duro y además es peligroso. A la hora de sacar un catalizador de un coche es necesario utilizar una mascarilla y guantes, porque puede haber emisiones cancerígenas", destacó el mecánico Jorge Sánchez, que hace años trabajó como gestor de residuos. Cada catalizador tiene entre uno y dos gramos de platino. Varios mecánicos destacaron además que el robo de este tipo de piezas es habitual en grandes ciudades como Madrid. "Esperemos que esa fiebre no llegue a Avilés ni a Asturias", señaló otro profesional.
Varios blogs de internet alertan acerca de estos hurtos. Y curiosamente, afirman, que los vehículos preferidos por los ladrones son los Citroën Xsara como el de Víctor Fernández, los Xsara Picasso y los Peugeot 406, en mayor medida, los de gasóleo. Hay otros cacos que prefieren los turismos de firmas asiáticas como Hyundai y Kia, más concretamente, el modelo Carnival de la segunda marca. En estos casos, el catalizador suele ser más caro de lo habitual. "Hay coches de alta gama cuyo catalizador puede llegar a superar los 2.000 euros", destacó Máximo Fernández.
