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Las fronteras olvidadas de Avilés

Algunas de las vías de comunicación secundarias que unen el concejo con el resto de la comarca presentan asfalto deficiente, aceras en mal estado y escasa iluminación

La comarca avilesina tiene vocación de continuidad: los límites de los concejos son difusos, los residentes en Castrillón trabajan en Avilés o en Corvera y viceversa. Y sin embargo hay algo que, en ocasiones, deja claros los perímetros de cada concejo: la diferencia en el cuidado del asfalto, la iluminación... Los territorios fronterizos están, en general, más descuidados que el resto. Y si no que se lo pregunten a los vecinos de la urbanización Coto Carcedo, ubicada entre Salinas y Avilés, que ven cómo los metros de asfalto que van entre el límite de Castrillón y la carretera de San Cristóbal están francamente descuidados. Por no contar que la iluminación por las noches es nula justo en ese tramo avilesino que también carece de aceras que termianan en el concejo castrillonense. Eso sí, una brigada de operarios limpiaron y desbrozaron recientemente las márgenes de la carretera hasta empatar con el concejo castrillonense.

Mejorar las entradas de Avilés es uno de los objetivos que ya se marcó el gobierno avilesino en el anterior mandato, que elaboró un programa de mejoras. No obstante estas obras previstas -una parte ya se ejecutó, con la mejora de Llano Ponte y la plaza de los Oficios- se centran fundamentalmente en las principales vías de comunicación, como la del eje avenida de Gijón-Cervantes. Es decir, aquellas que reúnen a un mayor número de usuarios. Otros territorios más marginales, como el ya mencionado de conexión con Castrillón por Coto Carcedo, van quedando año tras año relegados de los principales proyectos.

El paso de la N-632 por Avilés -una carretera nacional cuyas competencias sigue sin asumir el Ayuntamiento ya que está pendiente de la construcción de la ronda norte para aligerar de tráfico pesado esta arteria- es fuente de conflictos por la falta de mantenimiento. Y así, aunque el Ayuntamiento fue reparando partes de ella -como la ya mencionada calle Llano Ponte-, otras continúan cosechando baches y enfado vecinal; se trata, concretamente, de las calles avenida de Lugo y de los Telares, cerca ya del límite con el concejo de Castrillón.

Las reparaciones ahora en marcha en la avenida de la Industria vienen a resolver el que era uno de los puntos más negros en cuanto al firme. Los vecinos de San Juan de Nieva llevaban años reclamando una mejora de esta vía de comunicación, también limítrofe entre los municipios castrillonense y avilesino. Y también en el límite entre ambos concejos, la cuesta de Pénjamo es paradigmática por el deterioro que sufre el asfalto. Por si fuera poco, se trata de una carretera muy estrecha en la que las colisiones de vehículos están a la orden del día.

Los vecinos de Raíces Nuevo utilizan la carretera de San Cristóbal por Pénjamo, para desplazarse a Avilés, al tanatorio o al Hospital San Agustín y el estado de la carretera es malísimo: la calzada está llena de baches y sin pintar, además apenas hay alumbrado público.

En el límite con Corvera, el Ayuntamiento de Avilés tiene el objetivo de completar la reparación de Santa Apolonia. Esta calle constituye una fuente de quejas para los vecinos y usuarios, ya que no sólo el asfalto presenta deficiencias, sino que especialmente las aceras dejan mucho que desear. En el tramo comprendido entre Llaranes Viejo y la localidad corverana de Favila, en Trasona, el firme también presenta notables deficiencias que se van disminuyendo una vez que el viandante se acerca a Corvera. "Circular con el coche por este tramo vale para atajar y evitar circular por la carretera general hasta el pantano, pero también afecta a los bajos del coche", señaló uno de los usuarios de este vial secundario, que es utilizado por decenas de corveranos y avilesinos para caminar.

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