Eduardo Garzón es economista, miembro de la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC) y de la Europa de los Ciudadanos (IU). Ayer estuvo en Avilés para presentar la propuesta "Trabajo Garantizado: hacia el pleno empleo", que el candidato de IU a la presidencia del Gobierno, su hermano Alberto, llevará en el programa electoral.
-Dice que trabajo hay de sobra, que lo que falta es empleo.
-El trabajo garantizado es una política económica, teorizada desde los años 60 por economistas estadounidenses. Se trata de que el Estado actúe como empleador de última instancia. Que exista la obligación de garantizar un puesto de trabajo en condiciones dignas y de carácter indefinido. Pero la aplicación práctica es difícil, con una tasa de paro superior al 20 por ciento. Por eso esta política está dentro de un paquete para conseguir el pleno empleo. Es un elemento que te ayuda, pero no quiere decir que queramos ahora poner en marcha 5 millones de puestos de trabajo desde el sector público.
-Eso sería inviable, ¿no?
-Técnicamente es factible? Pero hay que hacerlo bien, controlar fallos y errores. Y la economía española necesita crear empleo desde otros puntos de vista. Nuestro plan está plenamente detallado y lo explicamos en un libro que publicaremos este mes. Queremos poner en marcha un millón de puestos de trabajo indefinidos en un rango de salario de entre 900 y 1.200 euros mensuales. Es un salario no muy elevado, pero sirve de anclaje. Porque hoy un tercio de los contratos firmados tienen una remuneración que es inferior.
-Junto a este millón de puestos de trabajo, ¿qué otras medidas proponen?
-La transición del modelo energético hacia un nuevo modelo productivo. Impulsar las energías renovables, hoy abandonadas por los gobiernos españoles, que generarían hasta medio millón de empleos. Recuperación de todos los empleos públicos convencionales que hemos perdido desde que gobierna Rajoy, 400.000. Reducción de jornada laboral, que progresivamente queremos que llegue a las 35 horas semanales, con el consecuente reparto del empleo. Y por último, ciencia e innovación: vínculo entre lo público y lo privado para que las capacidades científicas puedan servir no sólo para los sectores estratégicos de la economía española, sino también para las pequeñas y medianas empresas.
-¿A qué sectores estarían dedicados?
-Cuidado de adultos dependientes y también de niños, además de la protección de la fauna y de la flora. Requeriría un desembolso inicial de 15.000 millones, pero descontando el ahorro por el relanzamiento de la actividad económica y también por las cotizaciones de los nuevos trabajadores, quedaría en 9.600 millones de euros. La financiación es estatal, pero la gestión y la decisión de las actividades sería competencia de los Ayuntamientos en colaboración con la sociedad civil.
