"Hola amigos. Después de tanto luchar y sufrir ya estoy en el cielo. Me quedo con todo el amor que me habéis brindado. Gracias, os quiero". Con este emotivo mensaje hablaban ayer en nombre de la niña avilesina Gabriela Bugallo Ternero, de 6 años, quienes hicieron todo lo posible por salvar su vida. Gabriela Bugallo era un ángel de ojos verdes que se enfrentó con valentía al devastador Síndrome de West desde el mismo día que nació. Pero ayer las fuerzas le flaquearon y su debilitado corazón dejó de la latir. Murió en Oviedo arropada por sus padres, Pedro Manuel y Emilia.

La pareja luchó infatigablemente por darle a la pequeña la mejor calidad de vida posible. Contaron con el respaldo de cientos de avilesinos que a nivel individual o desde distintos colectivos participaron en iniciativas solidarias a favor de la niña. Querían que el "ángel" avilesino, natural de La Carriona, tuviera acceso a los mejores médicos, a los mejores tratamientos... Eran conscientes de que su hija no se iba a curar, pero querían que viviera feliz. Y Gabriela lo fue. Lo decía una sonrisa siempre dibujada en su rostro, aún en los días que le tocó sufrir.

La pequeña iba al colegio, montaba a caballo... "La guerra no está perdida. No paramos de buscar soluciones, no para curarla, pero sí para darle calidad de vida", decían sus padres a este diario en 2014. Entonces, buscaban ayuda para financiar un tratamiento en Pamplona. Anteriormente, Gabriela Bugallo había recibido asistencia sanitaria en Madrid, Galicia, Italia, Barcelona... Pero el ángel de La Carriona sufría parálisis cerebral, ceguera, retraso psicomotor grave, epilepsia... Y la enfermedad le venció.

El funeral se celebrará hoy, sábado, a mediodía en la iglesia parroquial del Santísimo Cristo de la Misericordia de La Carriona. Gabriela Bugallo Ternero tenía un hermano, Bruno. Deja también huérfano a un barrio y a muchas personas que se volcaron en su lucha contra el Síndrome de West, una encefalopatía epiléptica de la infancia, grave y poco frecuente.

Ayer, las muestras de dolor se sucedían en La Carriona y también en las redes sociales, donde se había impulsado un grupo de ayuda a la pequeña: "Todo por Gabriela". "Angelito mío, descansa en paz. No ha podido ser. Tu familia ha puesto su vida en intentarlo y ahora serás tu quien cuide de ellos", escribía una amiga de la pequeña avilesina en Facebook. Otra añadía: "Gabriela ha sido una luchadora incansable y ahora se merece descansar como el angelito que es. El cielo ya tiene una nueva estrella".