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Concejala de Hacienda del Ayuntamiento | de Avilés

El oportunismo de la "izquierda real"

La posición del Gobierno socialista de Avilés ante las nuevas ordenanzas fiscales

La propuesta del Gobierno del Ayuntamiento de Avilés en el debate sobre ordenanzas fiscales ha sido muy clara: congelar todas las tasas y precios públicos e impuestos, introducir nuevas bonificaciones fiscales y reducir el tipo de gravamen del Impuesto sobre Bienes Inmuebles.

Nuestro compromiso era evitar el incremento del 8% en el IBI que suponía la revisión catastral del Gobierno de España y tener los ingresos necesarios para mantener la calidad de los servicios públicos y las políticas de bienestar social en las que Avilés se ha consolidado como un ayuntamiento modélico. Y, todo ello, manteniendo una de las presiones fiscales más bajas de todo el país -como así ponen en evidencia los datos publicados por el Ministerio de Economía y Hacienda-, en un ejemplo de eficiencia y de cohesión social.

Nos ha sorprendido comprobar cómo los grupos que se consideran representantes de la "izquierda real" exigen bajadas masivas de todos los impuestos, de las tasas y de los precios públicos, a pesar de ser conscientes de que esta actitud, profundamente neoliberal, implica lastrar los ingresos municipales y la capacidad del Ayuntamiento para prestar servicios públicos que garantizan la igualdad de oportunidades.

Pero más sorprendente es la actitud del concejal de Podemos (Somos Avilés) Primitivo Abella, reflejada en un artículo de opinión publicado en este mismo diario, marcado por la contradicción permanente.

Comienza el artículo acusando al PSOE de impulsar una política fiscal basada en la reducción de impuestos. Sin embargo, pocas líneas después, exige al Gobierno que asuma una reducción impositiva mayor a la inicialmente propuesta. El señor Abella sabe que su teoría no responde a la realidad, pero sí a la estrategia fijada por Podemos, en una asamblea celebrada después de las elecciones municipales, en la que se definía como único objetivo de la formación arrinconar al PSOE contra el PP porque electoralmente les beneficiaba ante futuros comicios. Es una bajeza intelectual mentir a los avilesinos y avilesinas siendo muy consciente, como Primitivo Abella lo es, de que lo está haciendo.

La estrategia está definida de antemano, y para garantizar que el equipo de gobierno no pudiera incorporar sus planteamientos y llegar a un acuerdo en el debate de ordenanzas fiscales, recuerda que su exigencia al Ayuntamiento de Avilés era incorporar en el IBI una serie de bonificaciones que son contrarias a la ley y al reglamento del impuesto. Y lo hace a pesar del compromiso del Gobierno de estudiar incluir los objetivos de esas bonificaciones por vía presupuestaria, para hacerlas compatibles con la ley.

Por si no fuera poco, remata el artículo evidenciando un preocupante desconocimiento de la estructura empresarial de Avilés. Exige incrementar el gravamen del IBI a las grandes empresas avilesinas. Propuesta que podría ser razonable si no supusiera gravar principalmente a la industria avilesina, pues las factorías y talleres industriales ocupan los mayores inmuebles de la ciudad.

En un momento en el que tan importante es apostar por actividades productivas, innovadoras, capaces de ofrecer fortalezas ante los ciclos económicos y de generar empleos de calidad, en un momento en que Avilés pretender consolidarse como gran centro industrial de Europa, la ciudad no puede responder incrementando la presión fiscal a empresas que ya están atravesando dificultades debido a una tarifa eléctrica cuyo coste está incidiendo, vía salarial, en los trabajadores.

Es triste comprobar que los nuevos grupos municipales siguen velando más por sus intereses partidistas que por los intereses de la ciudad. Especialmente en el caso de Primitivo Abella, un viejo conocido de la política avilesina.

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