El Ayuntamiento de Avilés acondicionará el punto limpio de Los Canapés, investigado por el Seprona dado su pésimo estado. Los trabajadores de la instalación, de la empresa Urbaser, llegaron a formular hace unos días una denuncia a Inspección de Trabajo por las deficiencias que presenta este ecoparque. El concejal responsable de Medio Ambiente, Luis Ramón Fernández Huerga, visitó la instalación junto a técnicos municipales y, tras comprobar las deficiencias que presenta el recinto, anunció un plan de mejora, como solicitaban los empleados.

"Hemos estado allí y hemos comprobado que esta instalación no está a la altura de la imagen que tiene que ofrecer un Ayuntamiento como el de Avilés. Vamos a hacer todas las obras necesarias para que esté en las condiciones óptimas", aseveró el concejal socialista. El plan municipal pasa por comenzar con la limpieza y recuperación del interior del recinto, que "presenta diferentes destrozos". También está previsto construir un muro perimetral y asegurar el acceso a las instalaciones con un cierre en la parte de abajo de la calle Ignacio Trabanco.

"Garantizaremos la seguridad en el punto limpio con vigilancia y control por parte de la policía. También se reparará el parque de aceites y se cubrirán todas aquellas zonas donde se depositan residuos que pueden ser peligrosos", explicó Fernández Huerga. Y, por supuesto, se acondicionará un espacio para los trabajadores", añadió.

En el punto limpio de Los Canapés, en el que trabajan cuatro personas, se depositan residuos considerados no peligrosos (papel y cartón, envases y plásticos, vidrio y electrodomésticos) y peligrosos (neveras, frigoríficos, tubos fluorescentes, aceite de motor y filtros, aerosoles, pinturas, disolventes, baterías y pilas). "El deterioro del ecoparque es total y vergonzoso. Podíamos decir que la instalación es tercermundista, pero está todavía peor que si fuera de algún país subdesarrollado. En esas condiciones no se puede tener a nadie. La fosa de echar el aceite, por ejemplo, está cerrada y con filtraciones", explicaron a este periódico la semana pasada fuentes próximas a la empresa Urbaser.

Fueron varias las deficiencias denunciadas por los trabajadores. "A principios de año alguien prendió fuego a la caseta que hacía las veces de oficina y vestuario de los trabajadores y todavía no se ha repuesto. El cierre del recinto está roto y la fosa de aceite tiene pérdidas, lo que consideramos poco saludable", manifestó el pasado miércoles Laura Toledano Bueno, presidenta del comité de empresa de Urbaser. También destacó que los trabajadores de la instalación carecen de un sitio en el que resguardarse, cuestión que también tiene previsto resolver el Ayuntamiento con su plan de mejora.

La presencia policial pretende disuadir a un grupo de personas, la mayoría de etnia gitana, que detenía a algunas usuarios a la puerta del recinto, según denunciaron los vecinos.