La sucursal del BBVA de la calle Emile Robin dejará de prestar servicio al público el próximo sábado, día 24, en virtud de una decisión estratégica del banco, que se halla en pleno proceso de revisión de su plan de negocio. Los clientes habituales de la sucursal reciben estos días notificaciones de que, desde el lunes día 26, pasarán a depender de la oficina de la calle La Cámara, distante unos 150 metros. Según el departamento de comunicación de la entidad, los trabajadores de la sucursal a cerrar serán reubicados en otras oficinas, "en línea con la política que ha seguido el banco en estos años de crisis y que se caracteriza por no realizar despidos".

El banco que preside Francisco González aduce para esta maniobra de concentración de oficinas en Avilés, similar a otras que se desarrollan en otras ciudades españolas, la proximidad de la sucursal de Emile Robin con la oficina central de la Cámara y el deseo de reorientar su plan de negocio "a las crecientes exigencias de la clientela, que cada vez demanda unos servicios más expertos y profesionales". Según la versión del banco, ese tipo de servicios personalizados y más complejos "solo se pueden prestar en oficinas dotadas de los gestores y los medios adecuados", como la de la calle La Cámara.

No obstante la versión oficial, a nadie se le oculta que el BBVA, como el resto de bancos que operan en España, está inmerso en un proceso de ahorro de costes al que le empuja la fuerte competitividad del sector. De hecho no es la primera entidad financiera que concentra su red de oficinas en Avilés, que en estos años ha visto reducirse los puntos bancarios de atención al público.