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El asilo del Nodo tiene dos de cada tres plazas sin uso desde que abrió, en 2013

El Principado achaca a los recortes nacionales la falta de personal, que impide al centro de mayores funcionar a pleno rendimiento

El Centro de Mayores del Nodo. RICARDO SOLÍS

El Centro de Mayores del Nodo, abierto al público en octubre de 2013 tras realizar una inversión de 6,1 millones de euros, funciona a medio gas. La residencia tiene a día de hoy dos de cada tres plazas sin uso, es decir, del total de 148 huecos en el complejo, solo 57 están ocupados desde hace dos años por usuarios del antiguo asilo de Jovellanos. En la comarca avilesina se estima que hay alrededor de doscientos ancianos pendientes de una plaza en un complejo de estas características. La intención inicial del Principado era que nuevos usuarios procedentes de la lista de espera ocupasen la instalación, pero el proyecto quedó frenado.

La razón por la que la residencia del Nodo va a ralentí es la falta de presupuesto para dotar al Centro de Mayores del Nodo del personal necesario. La Ley nacional de Estabilidad Presupuestaria y Control del Déficit explica, según fuentes consultadas, por qué no se han realizado hasta el momento nuevos contratos que permitan cubrir las 148 plazas del geriátrico.

Ante esta situación, el Gobierno regional pretende completar la plantilla del Centro de Mayores del Nodo a lo largo de esta legislatura, según un compromiso adquirido recientemente en comparecencia parlamentaria por la exalcaldesa de Avilés y consejera de Servicios y Derechos Sociales, Pilar Varela.

El Centro de Mayores del Nodo se presentó como una residencia innovadora construida bajo los principios de eficiencia energética, pero su puesta en marcha fue un calvario de retrasos. El asilo abrió definitivamente sus puertas el 21 de octubre de 2013, dos años después de lo previsto. Entonces, se trasladaron medio centenar de usuarios de la vieja residencia de la calle Jovellanos, hoy sede de Cruz Roja, y se anunció que los nuevos residentes irían entrando en el complejo del Nodo progresivamente. Pero no fue así. "Cumplimos con el programa establecido por Bienestar Social y Vivienda para la puesta a disposición de aquellos centros del ERA que están concluidos desde hace tiempo y cuyo principal obstáculo es la prohibición establecida por los Presupuestos Generales del Estado para contratar nuevo personal", subrayaron hace ya dos años desde la consejería que entonces dirigía la también socialista Esther Díaz.

Alrededor de medio centenar de personas se benefician a día de hoy de una infraestructura que costó más de seis millones de euros. El centro del barrio de pescadores está formado por una residencia con 72 habitaciones dobles y cuatro individuales (en total, 148 plazas geriátricas) y por un centro de día con capacidad para treinta usuarios. En el sótano inferior se ubica el aparcamiento, además de los vestuarios del personal, un cuarto de basuras, una sala mortuoria y diversos cuartos dedicados las instalaciones, como el destinado al reciclado de las aguas grises.

El sótano superior alberga la sala de calderas y la cocina, así como 18 habitaciones dobles. Completan esta planta un almacén, un baño geriátrico así como cuatro espacios destinados a zonas comunes (salas de estar y un comedor). La planta baja está destinada al centro de día, que tiene acceso independiente desde la calle Playa de San Balandrán, y también dispone de 18 habitaciones dobles, baño geriátrico, espacios de almacenamiento y zonas comunes, en concreto dos salas de estar, dos comedores y un gimnasio.

La primera planta tiene acceso independiente a la residencia desde la calle El Balandro. Alberga la recepción, la zona de administración y los despachos de dirección, salas polivalentes, un comedor, un baño geriátrico, sala de enfermería, aseos adaptados y cafetería, entre otros servicios. También cuenta con 14 habitaciones dobles, zonas de estar y espacios de almacenamiento. La segunda planta alberga veintidós habitaciones dobles y cuatro individuales, una sala polivalente, zonas de estar, un comedor, un almacén y un baño geriátrico.

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