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La Alcaldesa tenía otros planes

El retorno de Monteserín da para dos versiones, la de quienes la ven como una estratega y la suya propia, que habla de un proyecto frustrado de irse a Colombia

Mariví Monteserín, en el momento de conocer que su candidatura se había impuesto en las primarias locales a la de Judit Flórez. MARA VILLAMUZA

La vida de Mariví Monteserín, actual Alcaldesa de Avilés, empezó a dar un giro de 180 grados cuando aún resonaban en la plaza del Parche los ecos de las fiestas recién finalizadas de San Agustín del año 2014. Pilar Varela, marcada políticamente por la escandalera del "Caso Niemeyer", hizo oficial en esos días a la cúpula del partido y a la FSA su decisión de renunciar a ser la candidata del PSOE en las elecciones locales de mayo de 2015; una noticia de la que la sociedad avilesina se enteró por boca de la propia Varela el 1 de septiembre.

Apenas veinte días más tarde, y fracasado el intento de consensuar un candidato, Monteserín anunció su voluntad de presentarse a las primarias; al día siguiente hizo lo propio Judit Flórez, que gozaba de las simpatías del ala ugetista del partido y de los militantes alineados en la llamada "tercera vía". Un aplauso cerrado en la tarde del 19 de octubre de 2014 certificó la victoria en las primarias de Mariví Monteserín, que luego ratificaría en los comicios municipales de mayo, en ambos casos por márgenes mucho más pequeños de los que esperaba la dirección del PSOE avilesino.

Así fue el camino que llevó a Monteserín a la alcaldía, al menos la parte del mismo que anduvo a la luz de la opinión pública; lo que sigue en penumbra a estas alturas es el preámbulo que trajo a una de las hijas más aventajadas del socialismo avilesino de vuelta a casa tras un periplo de dos legislaturas y media como parlamentaria en las Cortes Generales. En los mentideros políticos de la localidad se tildó a Monteserín de "rémora del pasado", lo cual viniendo de boca de sus opositores políticos estaba en el guión; lo imprevisto fue que desde dentro del propio PSOE -y aún hoy- se viese, y criticase, a Mariví Monteserín como una estratega que muñó durante tres años las urdimbres necesarias para allanar el camino de su retorno, supuestamente consciente de que a Pilar Varela se le había agotado el crédito. Que nunca fue mucho, dicho sea de paso, dentro de una agrupación socialista avilesina en al que se veía con desconfianza su procedencia de las Juventud Obrera Cristina (JOC) y que siempre le hizo de menos por el hecho de ser ajena al núcleo duro, el de la vieja guardia del partido.

En "petit comité", los detractores de Monteserín aún se hallan escocidos y reseñan, con evidente mala leche, lo "paradójico" de que sea ella quien, aupada al número uno de la candidatura a la alcaldía por otros ilustres veteranos del partido como Manuel Ponga y Álvaro Álvarez, lidere un supuesto proceso de renovación en el "postvarelismo".

La versión que Mariví Monteserín cuenta en las distancias cortas cuando sale a relucir el asunto de su salto de las Cortes a la alcaldía de Avilés es bien diferente. La hoy Alcaldesa asegura que era plenamente consciente de que para ella no habría cuarta legislatura en el Congreso y en ese sentido cuenta que ya había hecho planes hace dos años para reenfocar su vida personal y profesional. Y desde luego, sin la política de por medio.

Ese libro de ruta le tendría que haber llevado, explica Monteserín, a Colombia, donde tenía previsto sumarse a un proyecto de cooperación juntos a dos arquitectos, uno oriundo de ese país sudamericano y otro del País Vasco. De hecho, asegura que llegó a pagar la matrícula de un máster para especializarse en las labores que tenía previsto desarrollar al otro lado del Atlántico.

Todo cambió, siempre según la versión de la Alcaldesa, en agosto de 2014. Cuando supo que Pilar Varela no sería candidata a la alcaldía de Avilés, tuvo un pálpito: "¡Ay, ay, ay, que me va a tocar!". Y, efectivamente, le tocó. Fueron días de muchas llamadas telefónicas y de conversaciones a todos los niveles con gente del partido. Se supone que le convencieron, acabó dando el sí y recalca que no se arrepiente en absoluto. "Ahora estoy encantada de lo que ha pasado, pero para nada era lo que tenía previsto hace año y medio", afirma echando la vista atrás.

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