Ramón Álvarez, responsable del despegue y consolidación de la nueva rula de Avilés, presentó ayer su dimisión como gerente de la entidad a la que llegó en 2008. Álvarez ya llevaba meses sopesando esa decisión y más después de que la Agencia Tributaria pusiera sus ojos sobre la rula y comenzara una investigación fiscal por la comercialización de pescado sin la pertinente declaración entre los años 2009 y 2012. Ese "desagradable" capítulo se cerró a principios de este mes tras aceptar el consejo de administración de la sociedad pagar más de un millón de euros en concepto de las cuotas tributarias del Impuesto de Sociedades y del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Este periódico intentó ayer, sin éxito, contactar con Álvarez para conocer su versión sobre su dimisión.

El presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés, Santiago Rodríguez Vega, lamentó la decisión del gerente, aunque aseguró que éste ya había "cumplido un ciclo" y que deseaba "buscar nuevos rumbos profesionales". "Es un gran profesional; nombrar a un nuevo gerente para la lonja no va a ser una tarea fácil. El caso de la Agencia Tributaria no lo provocó él y, por ello, tampoco le pedí nunca su dimisión", reconoció el responsable portuario.

Rodríguez Vega destacó que Álvarez había sido capaz "de consolidar" los números de la rula tanto en facturación como en resultados económicos año tras año, "desarrollando las responsabilidades de su cargo de forma profesional y con total diligencia".

Álvarez estará en su cargo hasta finales de mes. La intención de Rodríguez Vega es sustituir de manera provisional al actual gerente con personal de la propia lonja y conseguir tener en el plazo máximo de tres meses, "incluso antes", un nuevo responsable pesquero. "Haremos un proceso de selección y para ello hay que hablar con el resto de integrantes del consejo de administración de la rula. No podemos estar mucho tiempo sin gerente", comentó el presidente de la Autoridad Portuaria.

Durante los siete años que llevaba en el cargo, Álvarez consiguió atraer a Avilés a un buen número de pescadores, armadores y mayoristas, lo que consolidó a la rula local como la principal plaza de venta de pescado en la región. Además, cuenta con los sistemas más modernos de subasta y con varios certificados ISO de calidad. La apertura de la nueva lonja coincidió con un momento de crisis en el sector en la ciudad, con parte de los armadores enfrentados por la decisión del Principado de retirar a la cofradía de pescadores "Virgen de las mareas" la titularidad de las subastas.