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José Padilla: "La censura está tan cerca de nosotros como un chasquido de dedos"

El teatro Palacio Valdés acoge el estreno en España de "La isla púrpura", una obra que se mueve "entre lo farsesco y lo satírico"

De pie, por la izquierda, Lucía Barrado, Manolo Caro, Germán Torres y Juan Vinuesa. Sentadas, Montse Díez y Nerea Moreno, ayer, en Avilés. RICARDO SOLÍS

De un día para otro una compañía de teatro tiene que montar una representación para un único espectador: un censor. "Si el censor no aprueba el montaje, el teatro que lo acoge se verá abocado al cierre y, si cierra, se quedan todos en la calle", explicó ayer José Padilla, uno de los dramaturgos y directores de escena del momento. "Nosotros mismos somos nuestros peores censores. La censura está tan cerca de nosotros como un chasquido de dedos", reflexionó el dramaturgo canario que dirige "La isla púrpura", de Mijail Bulgákov, un montaje que, en palabras del propio Padilla, se mueve "entre lo farsesco y la sátira, sin olvidar guiños a otros géneros". El teatro Palacio Valdés acoge mañana viernes (20.15 horas) el estreno en España de la producción de "Kamikaze", Ángel Verde y Buxman.

"La isla púrpura" es el segundo estreno de la temporada de otoño en Avilés. Hace unas pocas semanas, el odeón avilesino acogió la primera función de la comedia musical "Juanita Calamidad", de Antonio Álamo. Aquel espectáculo y el que está programado esta semana tienen en común la apuesta de los programadores por la penúltima generación de autores españoles. Padilla se ha hecho un nombre en el circuito alternativo de Madrid y una de sus dramaturgias fue presentada -bajo la dirección del asturiano Ernesto Arias- en el teatro Globe de Londres, el monumento a Shakespeare en la misma orilla del río Támesis. Pero esta apuesta no se va a quedar aquí: en pocos días el Palacio Valdés acogerá un espectáculo basado en un texto dramático de Alberto Conejero, otro dramaturgo salido de las salas off de la capital.

La presentación del nuevo estreno nacional que acoge el teatro Palacio Valdés contó con la presencia de todo el reparto de la producción además del propio Padilla. "Hace más de veinte años que leí 'La isla púrpura', de Mijail Bulgákov, un autor que es capital en la literatura universal contemporánea", aseguró el dramaturgo. Bulgákov es el autor de joyas como "El maestro y Margarita", una farsa centrada en la visita del Demonio al Moscú de la época de Stalin. "Pese a esto, nos habla a nosotros mismos", recalcó Padilla. La actriz avilesina Montse Díez explicó que, pese a a la estructura del espectáculo es teatro dentro de teatro, "no es, ni mucho menos, un montaje endogámico, sólo para actores; si no me dedicara a esto, toca a todo el público".

Padilla destacó en su intervención el hecho de que "todo el equipo, desde los actores a los técnicos, ha estado implicado desde el primer momento en el proceso de creación" de "La isla púrpura". "Han sido determinantes para el resultado final", reconoció. De hecho, Padilla versiona mucho el texto original de Bulgákov. "Para hacerlo como pide, necesitaríamos un elenco formado por el triple de actores que tenemos", señaló el dramaturgo. Las huellas de Padilla en la obra de Bulgákov son generosas, reconoció el director del espectáculo. "La mitad del texto es mía y el resto, de Bulgákov", aseguró el también director de escena

La compañía llegó el martes a Avilés para cerrar los últimos detalles de un estreno nacional. "La escenografía de Eduardo Moreno y las luces de Pau Fullana son cruciales. El mensaje que emiten es el primero que recibe el espectador antes incluso que el de los propios actores", reconoció Padilla, un director que, en palabras de Germán Torres, uno de sus actores, lleva al elenco "por donde él quiere y eso está bien". Lucía Barrado -otra componente del reparto- apostilló: "El metateatro tiene dificultades, pero todo lo que es difícil es inversamente proporcional a divertido", concluyó.

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