La alcaldesa de Castrillón y responsable de Urbanismo, Yasmina Triguero, reclamó recientemente a los propietarios del hotel Esperanza que mantengan en buen estado la parcela y que acometan todas las medidas de seguridad necesarias para evitar accidentes. Los vecinos de Salinas y, sobre todo, los que residen en el entorno de este establecimiento reclaman medidas de seguridad y la limpieza de la finca en la que aún permanecen los restos del edificio residencial que se derribó para construir otro nuevo. Como consecuencia de aquel derribo, sólo quedó en pie las fachadas de la calle Príncipe de Asturias, ahora apuntaladas para evitar que se desplomen.

Los propietarios del edificio han retirado estos días la valla metálica de cierre de la fachada que, desde hace años, ha dejado inutilizada la acera lo que obliga a los peatones a circular por la calzada, y han instalado una red metálica para realizar las labores de mantenimiento de los restos del inmueble. "Hemos pedido a los propietarios que mantengan el solar en buenas condiciones de seguridad para evitar posibles accidentes durante los temporales del invierno", señala Triguero.

Los trabajos de rehabilitación del edificio comenzaron en la primavera de 2011, pero se paralizaron a los pocos meses. El inmueble ocupa parte de una manzana entre las calles Príncipe de Asturias y Luis Muñiz. La constructora que se hizo con el antiguo hotel proyectaba construir entre 15 y 20 apartamentos turísticos, pero luego solicitó un cambio de uso del suelo y que pasara a la calificación urbanística de residencial multifamiliar, lo que obligaría a una modificación específica del plan urbano de Castrillón. La Corporación castrillonense rechazó la petición.

El edificio, que hasta hace una década albergó el hotel Esperanza, fue construido en 1920 y está incluido en el catálogo urbanístico de Castrillón, pendiente de aprobación desde hace más de diez años. Su estado preocupa cada vez más a los vecinos.