Los anguleros a pie comenzaron la campaña el pasado domingo y descansarán hasta el próximo viernes para así cumplir los días fijados en el plan de explotación. Algunos pescadores se lamentan por no poder faenar durante estos días teniendo en cuenta que el río Nalón está "revuelto" por las lluvias, lo que favorece las capturas. Esos anguleros afirmaron que los parones de estas jornadas, si hay precipitaciones, fomentan el furtivismo. "Es una pena que esté el río sucio y no podamos ir y que otros se aprovechen", criticó el murense Julio César Martínez, uno de los 47 adscritos a la rula de San Juan de la Arena, durante el sorteo de puestos en la desembocadura del río.

La existencia de furtivos, dicen, genera además ventas "ilegales" en pescaderías y restaurantes, es decir, que las capturas "no pasan por la rula como tiene que ser". "Esto provoca que se bajen los precios, que nos afecta a todos", lamentó Martínez, tras afirmar que hay compradores que negocian con los furtivos y que apenas existe vigilancia en el río para evitar la pesca de angulas de manera irregular. "Pasa todos los años", apostilló el angulero murense.

El siguiente descanso será entre los días 19 y 22 y el próximo de este mes será entre el 28 y el 30, según se puede leer a la puerta de la lonja arenesca. En diciembre, habrá otros cuatro parones: del 3 al 5, del 18 al 20, del 26 al 27 y del 31 al 1 de enero. Los 47 pescadores adscritos al plan de explotación de la desembocadura del Nalón asistieron ayer al sorteo de puestos para conocer, mes a mes, qué lugares les corresponderán para la captura de "oro blanco".

En el sorteo de noviembre, el primer pescador en elegir fue José Luis González, que podrá capturar angulas en la barra de San Esteban de Pravia, uno de los mejores lugares, al estar ubicado en plena desembocadura del río. Luisa María Rodríguez, una de las dos mujeres del plan de explotación del Nalón, también eligió la barra de San Esteban, lo mismo que el pescador Iván Pulido. Cuando le tocó elegir a Andrés Paíño, natural de El Castillo, ya habían sido seleccionadas algunas de sus preferencias, pero no todas. "Elegí la zona entre la llama y el desguace, en La Arena, es un buena lugar con la barra y la que está frente a la rula", explicó.

Algunos pescadores, los menos, decidieron situarse en la denominada "zona libre", es decir, en los espacios de la orilla del Nalón no fijados en el plan de explotación.