Joaquín Aréstegui, presidente del PP de Avilés durante los últimos 22 años, pasó ayer el mando a su mano derecha. Lo hizo tras una dimisión con la que, según su versión, buscó "no hacer daño al partido" y atender a los ruegos de su familia. El popular incidió en que ha sido presidente todo este tiempo "porque así lo decidieron los afiliados". "Gané seis congresos. Esto no fue a dedo, me eligieron las bases, fueron directamente los afiliados los que quisieron mantenerme en la presidencia", aseveró ayer.

Aréstegui defendió que "llegó el momento de ceder el testigo a otra persona", si bien reconoció que su presunta implicación en la "trama del agua" precipitó el proceso. "Ya no tenía pensado presentarme al próximo congreso local", dijo. Pero parece dar el paso atrás tranquilo, porque a su juicio "el partido queda en muy buenas manos". El político avilesino aseguró que estará disponible para el partido, al que está unido desde los tiempos de Alianza Popular: "Soy militante, soy miembro de la junta local, formo parte de la ejecutiva regional y estaré para lo que me pidan. Estaré para lo que haga falta".