La estrecha y leal colaboración que preside desde hace aproximadamente una década las relaciones entre la Autoridad Portuaria y la ciudad de Avilés hunde sus raíces en el tiempo mucho más profundamente de lo que podría dar a entender la novedad de un concepto acuñado en los tiempos que Manuel Ponga fue presidente del ente portuario. Y es que habría que remontarse al siglo XIX, según se desprende de la conferencia que ayer pronunció en el Niemeyer la archivera municipal, Covadonga Cienfuegos, para entender en toda su extensión lo que significa el binomio puerto-ciudad en el ámbito de la ría avilesina.

Cienfuegos, sobre la base de documentación que obra en el archivo y datada de 1823 en adelante, retrató una situación de debilidad portuaria -carencia de recursos para hacer inversiones, pujanza de puertos vecinos, decadencia pesquera- que no pasó a mayores gracias a que el Ayuntamiento acudió al rescate del puerto. "El siglo XIX, con gran protagonismo del Ayuntamiento, prmero, y de la Real Compañía Astuiriana de Minas, después, fue un tiempo de obras trascendentes en el ámbito portuario, como la desecación de las marismas de la margen izquierda, un proyecto que fue el germen de los actuales muelles comerciales", realtó la archivera. Casi dos siglos más tarde, la relación puerto-ciudad vive un nuevo capítulo, ahora con el primero empeñado en compensar a la segunda de las molestias que genera su actividad o, al menos, minimizarlas.